También es la productividad.Eduardo Estévez Gudino.

La reforma laboral es inminente. Tarde, pero la habrá; y aunque aún no sabemos los términos concretos en la actual legislación, parece claro que habrá cambios.

Muchos y largos han sido los debates en el último año y medio sobre la necesidad de abordar unas modificaciones en la ley laboral que contribuyan a general empleo. Sin embargo, en muy pocos ámbitos de la sociedad civil -y menos en el entorno político- se ha defendido una reforma imaginativa y necesaria para mejorar la productividad dentro del ámbito laboral. De hecho, el nivel de productividad en España se sitúa un 25% por debajo del que tiene la primera potencia mundial, Estados Unidos.

Bajo mi punto de vista, no es suficiente con variar las formas contractuales, el establecimiento de bonificaciones para la contratación o la más que necesaria rebaja en las cotizaciones sociales.
Si todas estas cuestiones son urgentes, quizás sean más importantes otras medidas que realmente logren una mayor productividad en nuestro modelo laboral, que realmente es lo que generaría valor, diferencia y nos haría un país más competitivo.

¿Por ejemplo? En concreto me refiero a cuestiones tan esenciales como:
a) El control del absentismo. El sistema -económico y moral- no puede soportar que en algunos centros de trabajo exista un 8% de absentismo, que llega a duplicarse en los centros públicos.
b) Vinculación de los salarios a la productividad. Se trata de la manera más equitativa a las personas que mejor trabajan y esta aseveración también debemos aplicarla al sistema público.
c) Establecimiento de un calendario laboral competitivo; ¿cómo? Por ejemplo, situando los festivos en los lunes (o viernes) o coordinando el calendario laboral con el escolar.


d) Diseño de un sistema de formación continuo eficiente en las empresas. La crisis económica ha hecho aflorar carencias importantes como la falta de idiomas o de habilidades competenciales, que dificultan la adaptabilidad laboral necesaria en la actualidad.
Reforma laboral sí, pero también necesitamos reformar la maltrecha productividad española. ¿Quién se atreve?

*Eduardo Estévez Gudino, director de Empresa Familiar de Castilla y León.

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