Yo te invoco, Alfredo omnipresente. Séneca.

El tsunami electoral sufrido por el PSOE en las recientes elecciones ya ha sido digerido por la formación socialista y, ante tan tremenda debacle, los náufragos del Titanic de la rosa han elegido la arriesgada opción de jugárselo todo a una carta: Rubalcaba.



 Zapatero ha terminado de constatar que es un cadáver político y está más enterrado que activo. Su última intención de imponer unas primarias ha sido desoída por el socialismo y no hace más que certificar que lo que comenzó con la caída de su favorita en las primarias madrileñas ha sido moneda corriente en el mercadeo socialista de un tiempo a esta parte. Ante su impotencia e intrascendencia, tanto interna como externa, ha ido modelándose, en la sombra, como Rubalcaba gusta, el único relevo con cierta solvencia de cara a un vis a vis con el líder popular -Mariano Rajoy- en pos de salvar la Moncloa en las próximas generales. De nada han valido las lágrimas de la Chacón; el "zapaterismo" es historia en nuestro país a día de hoy.



 Y claro, Rubalcaba ha comenzado a ejercer de primer espada socialista y ya se ha puesto manos a la obra para salvar lo que queda de legislatura negociando personalmente con CiU la aprobación de los próximos PGE y negociando una futura legislatura que siempre será, según prevé, en minoría. La maniobra política de cara a la ciudadanía también ha tenido lugar; a partir de ya el Sr. Rubalcaba dejará de serlo para pasar a ser Alfredo. Un intento de acercarse al ciudadano medio desencorsetándose del rigor y seriedad que transmitía su apellido para dar paso al entrañable compañero de mus que nos sacará de apuros, envidando todo a chicas, con sus cuatro ases en las manos.


 La invocación socialista, a modo de pacto con el diablo, de Alfredo trae consigo muchas incógnitas para el futuro inmediato. Nadie sabe aún que traerá en las alforjas Rubalcaba para este viaje sin retorno. Nadie sabe quienes serán sus compañeros de batalla o en qué consistirán sus guías o decálogo de promesas para engatusar al ciudadano español tan reacio en estos momentos al voto socialista. La voladura del "zapaterismo" por los aires hace necesario un enérgico cambio de rumbo, un golpe de timón brutal para evitar  que las generales se identifiquen con el iceberg que mandó al carajo la nave socialista en la travesía de la democracia. No me cabe la menor duda de que con Alfredo al frente los músicos de la calle Ferraz no tocarán mientras se hunden sino que harán cualquier otra cosa menos ésa.


 Aún bajo la tutela de super-Rubalcaba, la familia socialista no las tiene todas consigo y varios de sus gurús ya han mostrado sus dudas sin ambages; mientras Carlos Carnicero compara al PSOE con la mafia por cómo se ha producido la ascensión de Rubalcaba, otro gurú socialista como es Josep Ramoneda duda muchísimo de una posible victoria socialista en las generales con Rubalcaba al frente de la nave. Eso sin contar con los ocho candidatos menores que quieren enfrentarse a Alfredo en unas primarias que pasarán sin hacer ruido y mella en la dirección emprendida por el partido hacia las elecciones generales. Alfredo es consciente de estas voces discordantes y por ello ha apretado su agenda hasta límites sobrehumanos para poder recavar cariño e intenciones en los principales caladeros socialistas, de ahí su visita a Sevilla hace dos días para reunirse con mil afiliados e ir cerrando filas en torno a su figura salvadora. Mucho trabajo tiene por delante el bueno de Alfredo... pero diez meses, en política, dan para mucho y él lo sabe mejor que nadie.

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