Carlos Carnicero y Juan Luís Cebrián: Esto se hunde, ¡sálvese quién pueda!

La nefasta gestión de Rodríguez Zapatero en la última legislatura al fin parece dar sus últimos coletazos. La respiración estertórea de nuestro nefasto Gobierno comienza a dejar de estar asistida por sus paladines más fieles en los últimos años. El mejor reflejo de todo lo que os he escrito se obtiene en la "mass media" que manejaba el zapaterismo en las dos últimas legislaturas. Juan Luís Cebrián (El País) y Carlos Carnicero (Cadena SER) son ese reflejo.


 A Carlos Carnicero lo ha pillado completamente el toro. Su ardor en la defensa de sus ideales y creencias, a veces desmedido, no le ha dejado calcular el envite contra Escolar junior y fue ayer fulminantemente despedido de la sectaria SER tras denunciar las escandalosas prebendas obtenidas por la mujer de Escolar del núcleo poderoso socialista cuyo epicentro son el tándem Chacón-Barroso. Denunciar el favor a la inexperta esposa de Escolar junior con el que obtuvo una subdirección en TVE sin curriculum para ello ha sido el motivo de la filípica decisión de la SER... pero la cosa ya venía de lejos. Es Carnicero uno de los pocos gurús del socialismo que se atrevía a cuestionar en voz alta que el aparato socialista chirriaba por todos lados. Ya he subido cosas de él en el blog al respecto anteriormente. El valiente periodista ha pagado el precio que exige una organización corrupta y degenerada como es el actual PSOE y ha comprobado que las críticas hacia un ente de naturaleza tan putrefacta se paga con el destierro y expulsión fulminante. Hubo un tiempo, ya lejano, que el socialismo español presumía de culto a la meritocracia y la transparencia en sus entrañas, la ausencia de primarias para designar un candidato a las generales y gestos como éste y el denunciado por éste demuestran que aquellas virtudes del partido de Ferraz han quedado en el olvido y son recuerdos del pasado. Carnicero ha demostrado tener los cojones más grandes que el caballo de Espartero, él no era desconocedor de la metodología de la SER (que le pregunten a los miembros de la anterior etapa de "Carrusel deportivo") y sabía lo que podía pasar... sin embargo, una frase suya en el Twitter me da mucho que pensar. "Por favor, ¿alguien sabe dónde están los míos?"  me hace intuir que Carnicero esperaba arropo por parte de un grupo de fuerza dentro del grupo PRISA y que el proceso fagocitador que está modelando la nueva "mass media" socialista se lleva a cabo desde el estrecho corporativismo entre los grupos implicados.


 Por otro lado, el cofundador del País y actual mandamás, Juan Luís Cebrián, publicó ayer un demoledor artículo en el que dejaba las evidentes miserias de Zapatero al aire. Este caso es diferente al de Carnicero; Cebrian es una vaca sagrada intocable y no un gurú mediático y creo que es el pago de la factura a Alfredo, Freddy el indignaty para los amigos. La salida del gran sinvergüenza que tenemos por presidente se está cociendo en todas las cocinas patrias y ya sólo es cuestión de tiempo que el degenerado y apátrida presidente sea el peor recuerdo de toda la democracia. Aún así, los escasos leales al golfo siguen insistiendo que si consiguen apoyos para los presupuestos generales del estado (miedo me da, ya avancé la legalización de ETA y mucho dinero para el País Vasco con el último apoyo de PNV al degenerado) agotarán la legislatura.

En cuanto al pago de réditos al que me refería, aquí tenéis el motivo de la factura:


(pica sobre la imagen para ampliar)

 Os dejo el artículo de Cebrián íntegro para que juzguéis ustedes mismos:

Final de Ciclo. J.L Cebrián.

Si Zapatero quiere rendir un último servicio a su país debe abandonar el poder cuanto antes


Gestionar el final de un ciclo de gobierno no resulta tarea fácil para ningún gobernante y las circunstancias por las que atraviesa España en la actualidad no contribuyen ciertamente a allanar ese cometido. Desde que el presidente del Gobierno desatara las dudas sobre su continuidad en un comentario tan informal como irresponsable a finales del año pasado, los acontecimientos se han precipitado. Para peor. A la fecha nos encontramos con un país amenazado de ruina (atrapado en la vorágine de los mercados financieros desatada sobre Europa), sin perspectiva, con serios problemas de cohesión social y aun territorial, en el que cunde la desilusión entre los ciudadanos sin distinción de ideologías o de clase social. Existen motivos más que fundados para la intranquilidad, patente desde luego tanto en las manifestaciones de los indignados como en los resultados electorales de los recientes comicios.

Las turbulencias en los mercados de deuda se han cebado en España con una intensidad que no solo amenaza con estrangular las finanzas públicas, sino que asfixia también desde hace tiempo a empresas de todo tamaño al encarecer su financiación, enterrando la perspectiva de una pronta recuperación económica. El sendero hacia la nada por el que se precipitaron con anterioridad Grecia, Irlanda y Portugal viene siendo recorrido a trompicones también por España, pese a las bienintencionadas declaraciones de las autoridades o los anuncios continuados de iniciativas y reformas que devienen luego ineficaces por su falta de ambición inicial, o sus demoras y continuos retardos, como es el caso del sector financiero, cuya urgencia aconsejaba una diligencia extrema en su resolución. Ni el Gobierno ni el Banco de España han sido consecuentes con ello.

Sería injusto responsabilizar de todos los males a nuestras autoridades. Una parte no menor de nuestras aflicciones tiene su origen en Europa y se necesitan por ello soluciones que trasciendan las fronteras nacionales. Pero es imposible no reconocer la parvedad de la aportación española a esas soluciones. Más allá de la impotencia de Europa para solventar sus problemas, la pérdida de confianza en la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero parece irreversible y el creciente escepticismo sobre la gobernabilidad española en las circunstancias actuales amenaza con acrecentar nuestros males. La crisis no es solo económica, sino también, y acaso sobre todo, política.

Hace ya mucho que las respuestas del presidente del Gobierno a los desafíos a los que se enfrenta España apenas merecen crédito alguno por parte de los ciudadanos. Las encuestas lo venían demostrando de forma consistente (una reciente coloca al Gobierno del Estado como la institución peor valorada de una lista de 39), y el escepticismo y el desconcierto fueron rubricados por el descalabro de los socialistas en las pasadas elecciones, al tiempo que crecía la contestación en la calle.

Más allá de cualquier consideración sobre el origen de las protestas del 15-M, sobre su legitimidad o sus intenciones, resulta evidente que el aprecio que han merecido por parte de la opinión trae causa del profundo malestar en el que se ha sumido el conjunto de un país con cinco millones de parados, en el que 300.000 familias han perdido sus casas en los últimos tres años, y en el que su primer gobernante es incapaz de ofrecer ninguna esperanza razonable de alivio a sus angustias.

Rodríguez Zapatero dispone de toda la legitimidad y todo el derecho para terminar la legislatura si así lo quiere y nada en las leyes le obliga a disolver las Cámaras. Pero tras el anuncio, hecho en marzo, de que no concurrirá de nuevo a las elecciones, este periódico sostuvo que sus propósitos de agotar la legislatura solo eran moral y políticamente justificables a condición de que culminase las reformas imprescindibles que asegurasen la estabilidad necesaria, política y económica, para que el país afrontara el periodo electoral en las mejores condiciones posibles. Esa condición no se ha cumplido. Aún peor: su incapacidad en la gestión, los magros resultados de las reformas apenas incoadas, más el lastre y la impotencia de una legislatura agónica auguran un deterioro imparable al que resulta imprescindible poner fin cuanto antes. A este respecto, la fecha sugerida por algunos dirigentes socialistas para celebrar elecciones (finales de noviembre) es del todo tardía. Si de verdad Rodríguez Zapatero quiere rendir un último servicio a su país, debe hacerlo abandonando el poder cuanto antes y reconociendo la urgencia de que nuestro Gobierno recupere la credibilidad perdida. Los españoles en su conjunto, y los votantes socialistas en particular, se lo agradecerán.

Comentarios

  1. Nuevo vídeo de la Chamosa jajaj

    http://www.youtube.com/watch?v=HWR61gUFiRc

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