La caída del euro.

 Estos días estamos tratando con mucho énfasis las noticias relacionadas con la crisis de deuda que sacude la Zona Euro (en la cual nosotros andamos instalados) y la posible voladura del mismo. Muchos me tildan de exagerado y arriesgado al hablar con tanto pesimismo respecto a nuestra moneda y la economía europea en general... ojalá mi voz fuese la única discordante entre los europeos pero no soy el único.




 Y es que el euro está ya cuestionado incluso para organismos tan prestigiosos y europeos como el IFO (Instituto de Investigaciones Económicas de Alemania) que en boca de su director admite la necesaria salida de Grecia del €uro y anticipa futuros y reincidentes rescates de Portugal e Irlanda.


 Las inercias de la economía nos conducen todas al mismo destino; a la inevitable bancarrota como única medida sanadora de economías tan deterioradas y sobrecalentadas como puedan ser las de los países PIIGS de la U.E. El esfuerzo "rescatador" que está mostrando Bruselas no termina de dar resultados sino que, lejos de ello, está haciendo más evidente la necesidad de varias bancarrotas ordenadas y la salida del € de un buen grupo de países para que puedan hacer uso de la devaluación de su futura nueva moneda para adquirir competitividad de la forma menos traumática posible.


Os dejo el desglose de la entrevista concedida por Hans-Werner Sinn para que ustedes saquéis vuestras propias conclusiones.

Hans-Werner Sinn: "Grecia debe de salir del euro".

El IFO alemán alerta: "Portugal e Irlanda podrían necesitar otro rescate"

El director del organismo asegura que "Atenas no puede pagar" y que no le sorprendería que Lisboa y Dublín "precisaran otro rescate".

Hans-Werner Sinn, el director del influyente Instituto de Investigaciones Económicas de Alemania (IFO), ha efectuado unas contundentes declaraciones a la revista suiza Bilanz en plena tormenta de deuda pública en la zona euro: "Grecia es un barril sin fondo"; "los acreedores (privados) tendrán que asumir una quita en la deuda helena"; "Grecia no puede devolver el dinero"; "una salida de la zona euro es, entre las distintas alternativas posibles, la menos horrible"; "en caso de una salida, los clientes acudirán en masa a los bancos a retirar sus euros, y los bancos caerían. Sin embargo, el resultado sería igual en caso de efectuar una devaluación interna, ya que muchas empresas quebrarían y no podrían devolver sus deudas".


En este último punto, Sinn parece coincidir con el diagnóstico efectuado por Kenneth Rogoff. El execonomista jefe del FMI indica en el Financial Times que los planes de los líderes europeos para lograr una devaluación interna a través de un reajuste salarial es una mera fantasía. Según Rogoff, el único rescate limpio y efectivo sería un crecimiento europeo que superase con creces las expectativas, algo que calificó de "poco probable". De ahí que tampoco descarte por completo la desintegración de la zona euro. Rogoff lleva también tiempo advirtiendo de que la zona euro se enfrentará a una "oleada" de quiebras soberanas.

En cuanto al impacto que tendría la quiebra de Grecia sobre el sistema financiero europeo, Sinn indica que los bancos "aún están descapitalizados. Todavía mantienen en sus balances bonos del Gobierno griego valorados a precios de julio de 2008", lo cual arroja mayor incertidumbre acerca de la validez de los futuros stress test (pruebas de solvencia) que se están llevando a cabo en la zona euro (al igual que ya aconteció con los primeros).

Sinn es uno de los economistas germanos que se ha mostrado más crítico con el rescate de países desde su inicio. De hecho, en un reciente informe, el IFO abogaba claramente por la aplicación de quitas parciales dentro de la zona euro. Pero ahora, Sinn va incluso más allá al recomendar a Grecia el abandono de la moneda única.

Lo que rechaza en todo caso es el rescate indiscriminado de socios comunitarios, ya que su coste recaerá en gran medida sobre el contribuyente alemán, con escasas garantías además de recuperar el dinero prestado. "Si los contribuyentes alemanes comprendieran lo que está pasando no lo tolerarían". "¿Entienden la diferencia que existe entre mil millones y un billón [de euros]. Un billón pone en riesgo el futuro de sus hijos", responde en referencia al coste que supondría rescatar a los países más débiles de la Unión.

En este sentido, Sinn advierte lo siguiente: "No me sorprendería si Portugal e Irlanda necesitaran otro rescate en un par de meses". Y ello, en un momento en el que aún se está negociando la letra pequeña, pero crucial, del segundo plan de rescate a Grecia.

El economista responsabiliza en parte de la actual situación al exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn: "Kahn está siendo venerado en Grecia. Jugó un papel decisivo a la hora de impulsar estos paquetes de rescate".



Extender vencimientos

Más allá de la salida o no del euro, lo que sí parece confirmarse es la intención de reestructurar la deuda helena, tal y como avanzó Libre Mercado. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha instado al resto de países europeos a incluir la participación de los acreedores privados en cualquier nuevo acuerdo relativo al rescate de Grecia y ha defendido que el vencimiento de los bonos griegos se amplíe en siete años para los tenedores privados.

"Toda ayuda financiera adicional a Grecia debe incluir un intercambio equitativo de la carga entre los contribuyentes y los inversores privados", subraya Schäuble en una carta remitida a sus colegas europeos, a la que ha tenido acceso el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.

El ministro alemán defiende que el acuerdo de la reunión de los ministros de Finanzas europeos del próximo 20 de junio debe contener un mandato claro que involucre a los inversores privados, para dar tiempo a Grecia a aplicar sus reformas y recuperar la confianza de los mercados.

Sin embargo, el analista de Moody's Bart Oosterveld señaló al diario que esta opción, dadas las circunstancias, es "difícil de imaginar que se produzca de forma voluntaria", y subrayó, como ya habían avisado Fitch y Standard & Poor's (S&P), que esta medida sería considerada un impago desde el punto de vista de la calificación crediticia.

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