Peligra la "hucha de las pensiones".

El Gobierno desplegará artillería pesada contra los problemas de tesorería en la Seguridad Social. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, abrió ayer la puerta a usar por primera vez el fondo de reserva de la Seguridad Social para pagar las pensiones. Señaló que el Ejecutivo utilizará "todos los elementos a su alcance" para pagar las jubilaciones. "Después de cinco años de intensa crisis, el sistema no ha necesitado aún el fondo de reserva. Nuestra pretensión es utilizar todos los mecanismos de los que disponemos para gestionar esos compromisos, y el fondo de reserva es uno de esos mecanismos", remarcó el número dos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.

Tomás Burgos.

La hucha de las pensiones, (creada por Aznar en 1997 como un colchón para garantizar la supervivencia de uno de los pilares del Estado del Bienestar) está dotada con 66.814 millones de euros y nunca ha sido utilizada. De esta cantidad, 983 millones están disponibles en una cuenta corriente, y el resto (65.830 millones) está invertido en activos financieros (por ejemplo, en deuda pública nacional). El Gobierno podría necesitar acudir al fondo de reserva para pagar la paga extra de diciembre, después de que prácticamente agotara el fondo de prevención (que se nutre de las aportaciones de las mutuas) para hace frente a la extra de julio. Se utilizaron 4.400 millones de euros y ya sólo quedan 400 millones disponibles en caja.

Los datos hablan por sí solos. En España sólo hay 16,8 millones de afiliados ocupados, la cifra más baja desde 2003 a pesar de que desde entonces se ha producido un fuerte avance de la población. En 2007 había más de 19 millones de afiliados. Mientras tanto, el número de pensionistas asciende ya a 8,1 millones, la cifra más alta de la serie histórica. Es decir, ya hay sólo dos ocupados por pensionista. Y la tendencia no hace más que agravarse: de hecho, en agosto se destruyeron 136.763 puestos de trabajo en España. En un año la afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en 604.541 personas.

Además del envejecimiento de la población y de la mala situación del mercado laboral, los problemas de tesorería se agravan a la vez que empeora la recesión. Un análisis de los datos de ejecución presupuestaria evidencia la difícil situación de las arcas de las pensiones. Los ingresos de las cotizaciones sociales ascienden sólo a 57.551 millones, un 3,8% menos que hace un año. El Gobierno calculaba una caída del 3,7% en los Presupuestos. El problema es que el 11% de los ingresos por cotizaciones procede ya de las aportaciones de los desempleados (en total, 6.337 millones, un 5,8% más que en 2011). Si no fuera por lo que aportan los parados, la Seguridad Social estaría en números rojos.

Pero la evolución más preocupante es la de los gastos. Los pagos no financieros del sistema de las pensiones aumentan más del triple que lo previsto. Crecen un 3% hasta julio, aunque los Presupuestos preveían que el avance sería del 0,9%. Este desfase puede explicarse porque en julio se abona una doble paga: la ordinaria y la extra.

Eso sí, si finalmente se decide recurrir al fondo de reserva para cuadrar las cuentas, el Gobierno no tiene las manos libres. Sólo podría utilizar un 3% de su dotación (poco más de 2.000 millones) cada ejercicio. Además, sólo podrían destinarse esos fondos para pagar las pensiones contributivas. En ningún caso se puede utilizar para abonar las jubilaciones no contributivas o de complementos a mínimos.

EL AGUJERO DEL INEM

Pero los problemas de tesorería de la Seguridad a ojos de Bruselas (que incluye también los gastos del paro) no pueden resolverse, a no ser que se produzca un cambio legal radical, únicamente echando mano de la hucha de las pensiones. Los gastos de desempleo han pulverizado hasta julio todas las previsiones, lo que obligará al Estado a salir al auxilio del antiguo Inem en lo que queda del año. Hasta julio se han gastado 18.455 millones en prestaciones de desempleo, un 5,4% más que en el mes de julio del año pasado. Sin embargo, los Presupuestos de 2012 calculan que el gasto en prestaciones para los desempleados descendería este año un 5,5%. Si se mantuviera el ritmo actual de gasto, mantener el antiguo Inem costaría más de 32.000 millones, 3.300 más de lo que se esperaba.

En caso de desvíos en las prestaciones por desempleo el Gobierno no cuenta con mecanismos como el fondo de reserva de las pensiones para cuadrar las cuentas. La única opción que existe es que el Estado diera un crédito extraordinario al Servicio Público de Empleo en lo que queda de año. Para ello, tendría que contar con excedentes, algo muy complicado en un año en el que Bruselas exige reducir el déficit del 9% al 6,3%. Si las CCAA tampoco cumplen con su parte del trato como pronostican un gran número de analistas, el desfase sería aún mayor. Por ahora, la Seguridad Social sobrevive gracias al adelanto de las transferencias del Estado (han aumentado un 43%).

Los peligros que amenazan el Estado del Bienestar no han hecho más que comenzar. Si la coyuntura no mejora será difícil completar el sudoku presupuestario de 2013 si se quiere cumplir con las exigencias de la UE y mantener, al mismo tiempo, las prestaciones de paro y las pensiones sin cambios.