Banesto, adiós a más de cien años de historia económica del país.




La intervención y posterior prisión de Mario Conde; la opa fallida de Banco Bilbao; la histórica competencia con Banco Central; y la compra por parte de Santander, son sólo algunos de los acontecimientos más recordados en los más de 110 años de historia de Banesto. La absorción por parte del Santander aprobada ayer por el consejo presidido por Emilio Botín pone punto y final a una de las marcas más longevas de la banca española, que tocará a su fin en apenas cinco meses.


Banco Español de Crédito (Banesto) nació el 1 de mayo de 1902 con un capital social de 20 millones de pesetas. Después de más de un siglo, el banco desaparecerá con un capital social de 543 millones de euros y un valor en bolsa de más 2.400 millones.


Los momentos más determinantes para el futuro de Banesto se produjeron durante las dos últimas décadas del siglo XX.

La primera gran batalla de esta entidad fue la opa hostil de Banco Bilbao, en 1986. Las familias históricas del banco (Gómez-Acebo, Garnica, Argüelles y Martínez Campos) dudaron de cómo contrarrestar la oferta. Un joven Mario Conde y su colaborador Juan Abelló aprovecharon el momento para repeler la opa y hacerse con el control del banco.


Dos años después, Conde tenía que evitar un nuevo intento comprador, este liderado por Javier de la Rosa y los Albertos, desde Banco Central.

ESPLENDOR Y OCASO


Durante los ejercicios siguientes, Banesto emprendió una agresiva política de concesión de crédito a contracorriente del sector. Esta estrategia le reportó beneficios a muy corto plazo y Conde se convirtió en un ejemplo empresarial en España, pero la Guerra del Golfo y la posterior recesión le jugaron una inocentada: el 28 de diciembre de 1993 el Banco de España intervino la entidad.

El regulador cifró su agujero en más de 600.000 millones de pesetas. Conde trató in extremis de cerrar un acuerdo con JPMorgan para salvar la situación, pero nada impidió que Banesto fuera subastada en 1994 y comenzase un largo camino judicial que acabó con el expresidente de la entidad en la cárcel.


Santander se adelantó a BBV en la adjudicación del banco, previo pago de 313.400 millones de pesetas. Esta operación permitió a Botín competir de tú a tú en el sector bancario español.

El presidente de Santander encomendó a Alfredo Sáenz la tarea de sanear el banco, trabajo que se dio por finalizado cuatro años después. En febrero de 2002, Ana Patricia Botín releva a Sáenz al frente del banco, hasta 2010, cuando la sustituyó Antonio Basagoiti.


Desde su adquisición, Santander ha negado cualquier estrategia relacionada con integrar Banesto. Insistía en que tener varias marcas distintas favorecía la competencia entre redes bancarias. Pero finalmente la peor crisis financiera de las últimas décadas ha impulsado a Botín a enterrar la marca Banesto.

ORÍGENES
Más allá de la historia reciente, el origen de Banesto tiene un marcado acento galo. Su grupo promotor era francés y tenía a la cabeza a Gustavo Pereire. En el accionariado también destacaba la Banca de París y Paribas.


El banco pasó por una liquidación por aquel entonces. El germen de la entidad (Sociedad General de Crédito Mobiliario Español) dio sus primeros pasos a mediados del siglo XIX, pero fue cerrado después de las reformas financieras de entonces y la pérdida de las colonias de España.

Ya como Banesto, durante sus primeros años prestó grandes servicios a la construcción de las redes ferroviarias y a la creación de compañías gasistas y aseguradoras en España.


El primer gran salto llega en la Primera Guerra Mundial, cuando llegó a liderar un préstamo sindicado a Francia. Fue entonces cuando la delicada situación del país vecino, permitió a un grupo empresarial español, liderado por los Gómez-Acebo, tomar el control de la entidad.

Ya con capital español, el banco inició una agresiva política de expansión que revolucionó el sector financiero español. Su estrategia era abrir oficinas en regiones en las que la industria, el comercio y la agricultura se encontraban en auge.


Por el camino, Banesto sobrevivió a una guerra civil en la que su presidente -Manuel García Prieto, Marqués de Alhucemas- fue encarcelado por los republicanos, pero siguió colaborando desde la cárcel con el nuevo mandatario del banco hasta que concluyó el conflicto.

La entidad también mantuvo una política activa de fusiones y adquisiciones, principalmente durante la Posguerra. En total, firma en su haber más de 30 operaciones de fusiones y adquisiciones.

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