La tormenta chipriota amenaza con convertirse en tsunami para nuestra banca si no reacciona pronto la U.E

La falta de acuerdo en Chipre para validar el rescate financiero de la UE y la indefinición sobre la tasa que gravará los fondos depositados en bancos chipriotas dispararon ayer la incertidumbre en las bolsas, que castigaron al sector financiero europeo aún con más fuerza que el día anterior. La dimensión que está adquiriendo un asunto que en principio parecía menor para la zona euro es consecuencia directa del fallido diseño del programa de ayuda a Chipre. Pero los gobiernos europeos prefieren escenificar un peligroso juego de máscaras para eludir la autoría del polémico gravamen en vez de dedicarse a reducir el impacto de la crisis de Chipre sobre el resto de la banca europea.

El Ibex fue el parqué más castigado entre los grandes índices, con el consiguiente repunte de la prima de riesgo española, pese a que el Tesoro colocó la emisión de deuda prevista sin dificultades. En su afán por disipar la amenaza de un contagio hacia España, el ministro de Economía, Luis de Guindos, llegó a afirmar que en nuestro país los depósitos inferiores a 100.000 euros “son sagrados”. Aún así, los bancos españoles sufrieron caídas en bolsa de entre el 3% y el 6%, las mayores en Europa... y hace poco repasamos en la bitácora el débil momento por el que atraviesa actualmente  la banca española, salvada por un rescate hace meses ante su precaria situación. Pero los temores son generalizados en el sector financiero europeo sobre un posible aunque remoto, según los expertos– contagio. La mera posibilidad de que los ahorradores costeen en el futuro parte de los rescates ha esparcido la desconfianza más allá de Europa. Incluso, la patronal bancaria de EEUU se vio forzada a realizar un llamamiento a la calma.

La falta de liderazgo claro en la UE ha supuesto dejar en manos del Gobierno chipriota la decisión de gravar los depósitos inferiores a 100.000 euros, lo que quebraría uno de los pocos mantras consensuados de la prometida unión bancaria europea: proteger al pequeño ahorrador. Pero Chipre tiene escasas alternativas para recaudar los 5.800 millones que exige Bruselas a cambio del rescate –sus ingresos tributarios anuales son inferiores a esa cifra– y se resiste a gravar con más del 10% a los mayores depositantes, un 25% de ellos rusos, de los que en gran medida dependen sus quebrados y sobredimensionados bancos. Incluir a los ahorradores con menos de 20.000euros, propuesta que anoche rechazó el Parlamento Nacional chipriota, tampoco garantizaría obtener los fondos necesarios para cumplir con Europa. Un callejón sin salida que podría llevar al Gobierno chipriota a arrojarse de nuevo en brazos de Rusia, que se opone frontalmente a la tasa, aunque sea sólo como medida de presión a sus socios europeos.