El paro en marzo; una tregua que no una guerra ganada.

El leve respiro concedido por el paro durante el pasado mes de marzo gracias al impulso de las vacaciones de Semana Santa no debe llevar a engaño. La batalla contra el desempleo en España aún será larga y costosa. La caída en 4.979 personas del número de inscritos en las oficinas públicas de empleo es ligeramente inferior a la registrada en el mismo periodo de asueto del año anterior y mucho menor a la de 2011, si bien en ambos casos los festivos correspondían al mes de abril. Aunque el descenso en marzo es el primer recorte del paro en este mes desde 2008, se produjo sólo en el sector servicios, ya que en el resto de industrias se mantuvo la destrucción de empleo, situando el número total de parados en 5.035.243 personas.


En marzo también se produjo un repunte de la contratación, especialmente la indefinida, que creció un 7%, aunque el peso de la temporalidad fue muy elevado debido al llamado “empleo turístico”. Pero el ritmo de creación de puestos de trabajo (30.528 respecto a febrero tras siete meses de caídas) e sinsuficiente para provocar un cambio de tendencia. Así lo evidencian las cifras de afiliación a la Seguridad Social. El pequeño avance registrado en marzo se convierte en caída suave si se descuenta el efecto de la Semana Santa. Desde enero de 2008, la pérdida de afiliados asciende a 3,1 millones de personas, dejando la cifra total de contribuyentes en 16,1 millones.

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Frenar esta incesante sangría es prioritario. Un año después de la entrada en vigor de la reforma laboral, las listas del desempleo han engordado en 284.376 personas, una cifra que, según el Gobierno, sería muy superior sino se hubiera modificado la normativa laboral. Aún así, resulta urgente adoptar medidas adicionales para animar la contratación y el autoempleo. La evolución del número de autónomos (7.591 más en marzo) y del paro juvenil (entre los menores de 25 años, ha descendido en 29.167 personas durante los últimos doce meses) son señales positivas que marcan el camino a seguir.


No hay que olvidar que en el horizonte está el empeoramiento de las previsiones para las economías española y europea, lo que elevará la tasa de paro, en opinión del Banco de España, hasta el máximo histórico del 27,1% al final de este año, mientras que algunos expertos retrasan hasta el año 2015 un posible inicio de la recuperación del empleo. Sólo una mejora sensible de la actividad (precedida por la recuperación del crédito hacia familias y empresas) podría romper esta dinámica viciada.

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