Déficit autonómico a la carta o cuando un Gobierno cobarde y errático está condenado a la insurgencia en su propia casa.

La errática y confusa dirección que el Gobierno de Rajoy está tomando respecto a temas de interés nacional está provocando no ya la protesta de la oposición sino la insurgencia en sus filas.  La "retirada" de Esperanza Aguirre de la primerísima fila a muchos nos provocó cierta extrañeza pero el tiempo y los actos de la mencionada nos está demostrando que lo hizo buscando una posición más cómoda y valiente para criticar abiertamente a Rajoy y Montoro, entre otras cosas, respecto a las continuas subidas de impuestos. A Esperanza se le han unido muchos nombres fuertes dentro del PP de tal forma que Antonio Mónago también criticó veladamente el tema de las continuas subidas impositivas... pero ya no son solamente ellos, hay una verdadera desbandada flotando en el aire que se respira en Génova. La última pica ha sido la posición de Montoro y Rajoy de ser indulgentes con las Comunidades Autónomas incumplidoras ante lo que han saltado al unísono casi todos los presidentes autonómicos populares (todos menos los 3 incumplidores, obviamente).

Los barones al frente de las CCAA claman contra Montoro y Rajoy

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El enredo se produce por las diferencias casi irreconciliables sobre el déficit a la carta. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiere una solución práctica para lavar la imagen de las regiones y, de paso, desactivar el órdago soberanista de Artur Mas. Y está dispuesto a dar más margen a las CCAA que incumplieron con el objetivo de déficit en 2012, una propuesta que beneficiaría sobre todo a Cataluña y a Andalucía. El lunes, Rajoy avisó sobre este asunto que hay que tener “altura de miras” y pidió a los dirigentes autonómicos “no tirarse los trastos a la cabeza”.

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La intención del Gobierno es que en 2013 no vuelva a haber cinco comunidades, como en 2012, que incumplan el límite de déficit. Sin embargo, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y Monago opinan que no se puede dar dinero a las CCAA para desactivar el independentismo. González avisó ayer en una entrevista en la cadena Cope que es “inadmisible” tratar de “cambiar dinero por independencia”. Un comunicado de la Junta de Extremadura también puso los puntos sobre las íes a los planes de Montoro: “Ahora Hacienda quiere flexibilizar a quien dice ‘no’ a la Constitución y también a Hacienda”, señalaba.

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Aunque fue menos explícito, Núñez Feijóo también se sumó a estas tesis. El presidente gallego pidió “discriminación positiva” para las comunidades que cumplen el objetivo de déficit. “Generosidad para las comunidades autónomas que no cumplen, sí, pero lógicamente también discriminación positiva para aquellas que estamos cumpliendo y que seguimos cumpliendo, y Galicia ha cumplido, está cumpliendo y seguirá cumpliendo”, enfatizó.

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El portavoz de Luisa Fernanda Rudi, la presidenta de Aragón, también apuesta por un déficit común del 1,2%, (el límite previsto en el Plan de Estabilidad) “para todos”. “Todos los ciudadanos españoles vivan donde vivan son iguales”, añadió el consejero de Presidencia del Ejecutivo aragonés, Roberto Bermúdez de Castro. Hasta el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, advirtió de que “cuanto más déficit, más deuda y menos posibilidades de salir de la crisis”.

Advertencias

Sin embargo, pese a estas advertencias, Montoro se ha alineado con Cataluña, que prorrogará los Presupuestos sin garantizar el objetivo de déficit, y Andalucía, que sigue pidiendo más margen para gastar. A Montoro le bastaría con el apoyo de cualquiera de estas dos –o de Valencia, Baleares y Murcia, las tres populares que aún incumplen los números rojos– para imponer un déficit a la carta. Lejos queda ya la amenaza velada de que las comunidades autónomas que incumplan la Ley de Estabilidad Presupuestaria podrían enfrentarse a la intervención, posiblemente unas de las medidas más aplaudidas por los ciudadanos de cuantas tomó el errático Gobierno de Mariano Rajoy.