El Banco de España confirma que la reforma laboral, por si sola, no genera empleo.

Aunque lo que parece ser la salida paulatina de España de la recesión ha generado esperanzas sobre una mejora del empleo, lo cierto es que el Gobierno parece temer que no se cumplan las expectativas creadas. De ahí que haya consignado en los próximos Presupuestos una partida para abonar las prestaciones por desempleo un 10% mayor a la prevista para este año: 29.469 millones de euros. Un incremento que procederá en un porcentaje muy importante del pago de los subsidios a los parados que hayan agotado el periodo máximo para percibir la prestación contributiva y no dispongan de ingresos adicionales. Es decir, que el Ejecutivo teme que aumente el paro de larga duración, que afecta ya a casi tres millones de personas. No hay que olvidar que durante este ejercicio hubo que aumentar en 5.000 millones la cantidad destinada inicialmente a las ayudas a desempleados, en parte debido a una evolución peor de lo esperada de los ingresos por cotizaciones sociales, una tendencia que, según las previsiones contempladas en las cuentas públicas para 2014, se mantendrá el próximo año. Los recursos obtenidos por esta vía para financiar el desempleo caerán un 5%. Y es que el problema de fondo, como ayer alertó el Banco de España, es que la reforma laboral no está dando los resultados esperados tras catorce meses de aplicación.


Según la entidad que preside Luis María Linde, con la modificación de esta normativa no se ha conseguido acelerar la generación de empleo ni frenar la destrucción de puestos de trabajo, sino únicamente contribuir a la moderación salarial que, eso sí, ha tenido un efecto positivo sobre el “empleo neto”. Un avance que los expertos vinculan a la moderación del ritmo de incremento del paro en tasas interanuales en los últimos meses. De hecho, se estima que de haber estado en vigor antes la reforma laboral, podría haberse evitado la pérdida de un millón de empleos. La rigidez salarial está directamente relacionada con el desempleo de larga duración, por lo que todo avance en este sentido será bienvenido teniendo en cuenta que la recuperación aún será tímida durante el año que viene (Rajoy ha anunciado un avance del PIB de sólo el 0,7% en 2014) y que, según Moody’s, España no creará empleo hasta el año 2016.


En este contexto, resulta necesario que el Gobierno no se deje llevar o por los cantos de sirena de la recuperación o se escude en dudosos brotes verdes estacionarios y mantenga su compromiso de contener el gasto público y cumplir el calendario de reformas pendientes.

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