La indefinición independista del empresario catalán.

Resulta llamativo que el presidente de la patronal CEOE se desmarcase ayer con unas declaraciones en las que reconocía el viraje del empresariado catalán hacia el independentismo. Porque hace sólo unos días, el propio Juan Rosell, que presidió a los empresarios catalanes hasta 2011, sostenía una posición totalmente opuesta, afirmando que los dirigentes empresariales en esta región liderarían la resistencia por parte de la sociedad civil frente a los devaneos soberanistas de la clase política local. El alto coste social y económico de una hipotética secesión (desplome inmediato del PIB en un 20%, expulsión automática del euro y del mercado único, restablecimiento de las fronteras y aduanas, acceso vedado a los mercados de deuda, etc.) era puesto entonces por el presidente de la patronal como el argumento más poderoso para que el empresariado catalán presionase con fuerza al presidente de la Generalitat regional, Artur Mas, y sus socios para que abandonasen su proyecto rupturista.


O Rosell estaba mal informado o había subestimado la posibilidad de que los empresarios catalanes antepusiesen sus convicciones políticas personales a los intereses colectivos de sus empresas y de toda Cataluña. Porque el papel de la sociedad civil es muy importante ante el desafío secesionista que tomó cuerpo la semana pasada con el pacto alcanzado por CiU, ERC, ICV y CUP en torno a las preguntas y la fecha del referéndum que pretenden celebrar el 9 de noviembre de 2014. Tampoco debe pasarse por alto lo apuntado por Rosell en cuanto a que muchos de estos empresarios estarían dando su apoyo a la campaña independentista para no ver deteriorada su imagen social en Cataluña. El Gobierno tiene que garantizar a todos los ciudadanos catalanes el derecho a poder disentir de cualquier mayoría por abrumadora que pueda llegar a ser y evitar que los nacionalistas utilicen la coacción, ya sea explícita o implícita, para sumar adeptos a su causa.


Ante el órdago independentista orquestado por el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y sus socios parlamentarios no caben posiciones pusilánimes ni acomodaticias. Las fatales consecuencias sociales y económicas de tamaño despropósito no permiten que nadie en Cataluña o en el resto de España intente ponerse de perfil ante un proyecto suicida que puede condenar a esta comunidad autónoma a un aislamiento empobrecedor en todos los sentidos que también afectaría al conjunto de la economía española.

Comentarios

  1. Historiacamente cuando se emprende un viaje viaje hacia... la muerte hay dos tipos de viajeros

    Unos son a los que les pagan para ello Esos, viajan en primera, van por la pasta , cuanto mas importantes sean más pasta les darán.

    El resto, la mayoria, los pringaos, van por la propaganda y las promesas de la propaganda Estos salen muy baratos porque las promesas de una vida mejor son mas flasas que judas y no hay que pagar nada por ellas. Los pringaos les salen gratis

    Si este señoron ha cambiando de idea, no es que haya cambiado de idea, es que la anterior la ha vendido bien.

    A los catalanes no les estan dando una patria les estan robando la que tienen. Se la estan robando a base de propaganda y coaccion con la inestimable ayuda de los partidos politicos españoles que se abstienen de participar en el debate y llevarle la contraria al fascismo catalanista

    Asi que, los qu egritan a favor del Apartheid se quedan solos y las pobres masas de borregos, sin que su direccion politica de izquierdas les ordene directrices antifascistas, estan desorientados y hasta se creen que una propuesta fascista como el Apartheid es algo muy democratico ¿?

    Luego los señorones bien pagaos hacen declaracioens de apoyo al fascismo catalanista y ya aparece que debemos aguantarnos con el fascismo y sus nuevas fronteras, con las que nos quieren separar a TODOS

    APARTHEID FASCISTAS EN EUROPA NO GRACIAS

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