La prima de riesgo suaviza la Deuda y los datos macros la convierten en inversión atractiva.

El año pasado la gestión del Tesoro español fue alabada de forma unánime por su capacidad de previsión y, al mismo tiempo, por aprovechar al máximo las ventanas de liquidez que aparecieron en los mercados de deuda para abaratar las emisiones previstas cuando la prima de riesgo todavía estaba en niveles elevados. La situación ha cambiado mucho respecto a la rentabilidad del bono español, ahora en precios más razonables, pero aun así el organismo dependiente del Ministerio de Economía tiene por delante un arduo reto este 2014: colocar títulos por valor de 243.888 millones de euros, de los que 150.000 millones corresponden a vencimientos de emisiones realizadas en los últimos años. De ahí la relevancia de la operación histórica realizada ayer en la que el Tesoro captó de golpe 10.000 millones en bonos a diez años, lo que no sólo significa que desde principios de año se hayan cubierto ya el 16% de las necesidades de financiación para el ejercicio, sino también que se han logrado unos plazos de amortización más que cómodos que hubieran sido impensables hace no demasiados meses.


A pesar de haberse producido en un contexto favorable debido al voraz apetito inversor por España –la demanda recibida ayer cuadruplicó lo emitido–, el movimiento del Tesoro constituye un hito en la historia de la eurozona, a la altura de las operaciones más voluminosas que realizaba Alemania a principios de la década pasada y con un nivel de solicitudes sólo superado por la primera emisión del Fondo Europeo de Rescate hace tres años. Un éxito que no puede atribuirse sólo al aumento de la liquidez en el sistema financiero o a la predilección de la banca por este tipo de inversiones, puesto que hasta un 8% de la demanda llegó directamente desde EEUU y que gestoras como BlackRock lanzaron órdenes de compra milmillonarias para asegurarse un buen número de títulos. Además, el gancho del generoso cupón ofrecido (el 3,84%) provocó que más de un 60% de las órdenes de compra procediese del extranjero.


A diferencia de lo sucedido en 2013, no parece que este año el Tesoro vaya a poder contar con el viento de cola generado por la drástica caída de la prima de riesgo, que permitió ahorrar 8.000 millones al Tesoro en todo el ejercicio respecto a lo previsto inicialmente. Por ello es tan importante que el calendario se ajuste al milímetro y se obtengan ahorros adicionales en los próximos meses que permitan aliviar la carga financiera de los presupuestos del Estado. Algo para lo que también será determinante que el Gobierno mantenga la línea reformista, cumpla los compromisos adquiridos con Europa respecto a la estabilidad presupuestaria y que tome cuerpo la recuperación de la economía, sobre todo en términos de empleo.

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