El Espíritu Santo portugués, conejillo de indias para los nuevos modelos de rescates financieros.

La operación de rescate al Banco Espírito Santo pasará a la historia de la zona euro. Aunque no tenga un volumen significativo, pues los 4.900 millones de euros de fondos europeos que se inyectarán en el hasta ahora mayor banco privado portugués resultan claramente inferiores a lo que ha necesitado, por ejemplo, la antigua CatalunyaCaixa, este programa de auxilio financiero cumple varios hitos a nivel europeo. Es el primero que se realiza conforme a las nuevas normas comunitarias de resolución y liquidación de entidades bancarias, también por primera vez en un rescate bancario se segrega el negocio sano del tóxico mediante la creación de un ‘banco malo’ del que se harán responsables los actuales accionistas y tenedores de deuda subordinada, y además Portugal se convierte en el primer país europeo en rescatar a un banco a los pocos meses de haber logrado abandonar su propio programa de auxilio financiero. De hecho, los recursos empleados para intervenir y sanear Espírito Santo procederán de los fondos sobrantes de las líneas de crédito comprometidas por la UE para salvar a la economía lusa.


Esta operación de salvamento –si bien en su origen no se debe a una mala gestión de la entidad, sino a su exposición a otras empresas del grupo de sus hasta el domingo principales accionistas cuya desastrosa situación financiera ha acabado afectando al banco– se produce a sólo dos meses de la publicación de los determinantes test de estrés que está realizando el BCE a las mayores entidades financieras de la zona euro antes de asumir su supervisión directa el próximo noviembre. Precisamente, ese análisis intentará aflorar riesgos ocultos y debilidades potenciales como las que atesoraba Espírito Santo. Europa se juega gran parte de su credibilidad ante los mercados en esa operación de transparencia, por lo que las entidades financieras con dificultades deberían actuar de forma preventiva y cubrir sus necesidades a tiempo antes de verse señaladas públicamente por el BCE.

El impacto de la crisis de Banco Espírito Santo en España será limitado, pues el negocio español quedará integrado en el nuevo banco saneado, en manos del Estado portugués, que deberá ser vendido antes de dos años.

Comentarios

Entradas populares