El ladrillo respira tras años en coma.


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El cambio de ciclo que se ha producido en el mercado inmobiliario ha provocado que la mejoría se haya ido extendiendo desde las grandes ciudades, en las que comenzó la recuperación del sector, hacia una veintena de provincias, en las que la vivienda ya está en alza. Un informe elaborado por Deloitte sitúa a Madrid, Álava, Barcelona, Guipúzcoa, Vizcaya y otras quince provincias en punta de lanza del ansiado crecimiento de la actividad inmobiliaria que cada vez recogen más indicadores. En el segundo trimestre, los precios de los pisos volvieron a crecer por primera vez en seis años, según el Colegio de Registradores, al tiempo que la inversión de extranjeros en vivienda continúa imparable, la concesión de hipotecas mejora claramente e, incluso, el sector comienza a crear empleo después de la intensa destrucción de puestos de trabajo provocada por la crisis.

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Como cabía esperar, la recuperación del mercado inmobiliario no es uniforme. Las provincias del norte de España están en mejor disposición para aprovechar el tirón de la demanda, aunque los expertos también incluyen a Valencia o Baleares –que se vieron golpeadas con fuerza por el estallido de la burbuja– entre las zonas punteras en esta nueva etapa del sector inmobiliario recién iniciada. Todo apunta a que la normalización de este mercado se producirá a dos velocidades, como también ha sucedido con la salida de la recesión. Pese a ello, la capacidad para acceder actualmente a una vivienda en cualquier parte de España es sensiblemente mayor que hace un año y ha mejorado respecto a la media europea: el coste de los pisos en nuestro país equivale en estos momentos a 4,4 veces el salario bruto frente a las 6,1 veces de la zona euro y las 8,5 veces de Reino Unido, el mercado más cotizado del continente.

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Una evolución que apunta en el mismo sentido que la mayoría de las estadísticas inmobiliarias: la confluencia de factores para que la recuperación de la vivienda se produzca antes de lo esperado y, con ello, imprima un mayor impulso al crecimiento del conjunto de la economía española. El terreno a recuperar es vasto, pero todo parece dispuesto para dejar atrás de forma definitiva la etapa más negra de este sector.

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