Miembras y miembros, torpes y torpas, sinvergüenzas y sinvergüenzos... el mal que no cesa.

Lo del hembrismo imperante, gran negocio lucrativo, como no, dirigido hacia las arcas públicas, ha llegado al paroxismo en este país durante estos años pasados de zapaterismo. La reivindicación extrema y desmedida de la hembra humana en España germinó bajo el consentimiento del pagafantismo (otro fenómeno, este universal, que afecta al débil y manipulable sistema hormonal del macho humano) y se ha institucionalizado tanto que poner veda a tal maraña de sinsentidos es ajeno a la limitada inteligencia del pueblo español. El movimiento feminista en España ha derrapado tanto que se ha convertido en un insulto a cualquier clase de inteligencia... de ahí que califique como parca, siendo generoso, la capacidad hispana al respecto.

 En  España se han vivido capítulos tan sangrantes e increíbles como este:


 Ya ven...  díganme ustedes dónde reside el mérito de Doña Lola para ser merecedora de una placa y reconocimiento público. El único mérito es haber compartido padre y madre con el genial pintor malagueño... y por ello ustedes y yo hemos pagado con nuestros impuestos la peculiar placa.

 El viernes la RAE se desmarcó de todas las pretensiones feministas de causar un daño irreparable a nuestro idioma, el castellano, publicando un durísimo manifiesto al respecto... y nuestro juglar favorito, Pérez Reverte,  no se desmarcó de él ni un ápice, que para eso es miembro de dicha academia y un paisano con las luces de largo alcance... de los pocos que van quedando sobre la oscuridad imperante en la vieja piel de toro.

 Este país anestesiado por la LOGSE, el pan y el circo y los prejuicios heredados de una historia milenaria ha sido ajeno al robo y expolio continuado al que ha sido sometido y del que ahora pagamos las consecuencias. El problema es que no nos han robado dinero solo... y ojalá porque dinero es eso; insignificante dinero. El peor expolio de todos ha sido el de nuestra identidad (España es un país discutido y discutible), el de nuestras tradiciones, el de nuestros héroes (Garzón, por mucho que me insistan, no deja de ser un sectario justiciero... para nada un protohéroe como quieren vendernos), el de nuestras leyendas, ect... aquellos hitos que debieron marcar nuestra identidad como nación han sido difuminados con "educaciones para la ciudadanía", "desmemorias históricas", "ministerios de la desigualdad",  "Belenestebanismo" y "Cristianoronaldadas" varias... y nosotros que no nos enteramos, no le dimos importancia... porque era de fachas el hacerlo. Al final, recuerden ustedes bien lo que hoy les escribo, haremos timbre de gloria el que nos tilden de fachas (tal como lo fue el que nos llamasen comunista en la dictadura) y esta caterva de buitres que nos han estado gobernando harán bueno a un dictador muy limitado en cultura  y visión política como era Franco.


Pica sobre la imagen para agrandar.

 Os dejo otra denuncia más, de las tantas y tantas que se podrían blandir, respecto al insoportable hembrismo imperante esculpida por la genial pluma de nuestro juglar favorito; Pérez Reverte.


Urbanismo de género (y génera). Arturo Pérez Reverte.


  Es cierto que, en materia de latrocinio y poca vergüenza, la Junta de Andalucía y sus paniaguados a sueldo, que son varios, no van más allá de otros gobiernos autonómicos trufados de golfos y maleantes. También es cierto que en todas partes cuecen siglas partidarias; y que, saqueadores aparte, un elevado número de tontos del ciruelo por metro cuadrado, con corbata y coche oficial o como simple infantería, no es exclusivo de ninguna autonomía de esta España discutida y discutible. Sin embargo, respecto al porcentaje de sinvergüenzas y de tontos -incluida la variedad mixta de tontos sinvergüenzas-, el régimen que desde hace tres décadas gobierna Andalucía queda muy bien situado en el palmarés nacional. Aunque ojo. Podrá atribuírsele el logro de una región saqueada, en paro y con índices de indigencia cultural y educativa que a veces lindan con el subdesarrollo; pero ése es detalle que se diluye en el contexto. A ver en qué autonomía no tenemos en nómina -duques y duquesas aparte- a cierto número de políticos ladrones, incompetentes y analfabetos. Sin embargo, lo que no puede regatearse a la Junta andaluza es un lugar de vanguardia en los anales de la imbecilidad oportunista y demagoga de género y génera. Ahí no hay quien moje la oreja a mis primos. Y primas. Nada comparable a una ultrafeminazi andaluza dándole vueltas al magín para justificar las subvenciones que trinca o espera trincar, con un político cerca, en plan compadre y dispuesto a ponerle a tiro el Boletín Oficial.


Déjenme que les cuente la última. O última que me envían. Ahora, con esto de la piratería digital, la poca lectura y la porca miseria, los juntaletras tendremos que buscar la vida en otros pastos. Yo mismo estoy considerando la posibilidad, a mis años provectos, de hacer oposiciones a ingeniero de montes de la Junta de Andalucía, y aplicar allí un sistema contra incendios forestales que llevo años maquinando, y que no sé cómo a nadie se le ha ocurrido proponer todavía para trincar una pasta oficial enorme: un pino, un cortafuegos; un pino, un cortafuegos. A cortafuegos por pino. Cosas más idiotas o descaradas se han subvencionado allí, en cualquier caso. El asunto es que, en el temario de las oposiciones, hallo una perla australiana: el artículo 50.2 de la ley 12/2007 para la Igualdad de Género en Andalucía. Que reza, con dos cojones:


«Los poderes públicos de Andalucía, en coordinación y colaboración con las entidades locales en el territorio andaluz, tendrán en cuenta la perspectiva de género en el diseño de las ciudades, en las políticas urbanas y en la definición y ejecución de los planteamientos urbanísticos».


Aparte de no saber qué relación hay entre ser ingeniero de montes y montañas andaluz y tener perspectiva de género, las preguntas inmediatas son obvias y hasta elementales, querido Watson. Eso, ¿cómo se hace? ¿Cómo se tiene en cuenta la perspectiva de género en el diseño de las ciudades y políticas urbanas? ¿Consultando los arquitectos a las asociaciones radicales feministas antes de trazar calles y plazas, para que les den permiso? ¿Procurando que los pasos de cebra no favorezcan a presuntos maltratadores? ¿Disponiendo aceras paritarias, unas para hombres y otras para mujeres, u obligando a circular por cada vía urbana al mismo número de ellos y ellas? ¿Rebautizando calles para que por cada nombre masculino haya uno femenino? ¿Patrullando con guardias y guardios que, cuando sean policía montada, cabalguen indiscriminadamente caballos machos y yeguas? ¿Procurando que entre los cartones y sacos de dormir que adornan los soportales de la Plaza Mayor de Madrid para deleite de turistas, haya el mismo número de mendigos y mendigas? ¿Que por cada grupo de mariachis, jazz band de ex bolcheviques, o rumano que hace música con vasos de agua, actúe una violinista búlgara, una orquesta de nigerianas o un grupo de mejicanas cantando Allá en el rancho grande? ¿Que cada perroflauta lleve el mismo número de perros que de perras, de flautas que de flautos? ¿Que en los parques juegue por decreto municipal la misma cuota de niños y niñas, y se mantengan turnos rigurosos para columpios y toboganes, con agentes que sancionen a padres y madres, abuelos y abuelas, que incumplan? ¿Que en cada zona de prostitución haya el mismo número de putas que de chaperos? ¿Que nos vayamos todos juntos y juntas a tomar por saco?


Ilústrenme, porfa. Necesito que alguien me lo explique. Ingeniero de montes, recuerden: pinos, cortafuegos. Oposiciones al caer. Me va el futuro en ello.

Comentarios

Entradas populares