El sector turístico en llamas a un mes del comienzo de la temporada de Semana Santa.

España ocupa un lugar destacado en el sector mundial de turismo. Cuarto país en el ránking por número de visitantes y segundo en cuanto a ingresos procedentes del exterior (43.000 millones de euros en 2011). Como emisor, ocupó la plaza 18 en el mundo en 2011, después de un fuerte crecimiento en la primera década de los años 2000 que le catapultó al puesto undécimo en 2007. Pero la caída del turismo de españoles al extranjero, y también al interior, ha afectado de lleno a las agencias de viajes. Cinco de las principales –Viajes El Corte Inglés, Globalia, Orizonia, Barceló y Catai Tours— se encuentran inmersas en expedientes temporales de regulación de empleo  (ERTE) y/o reducciones de jornada.


Y la incertidumbre sobre el reflotamiento de Orizonia generada tras el retraso de Competencia para autorizar su compra por Globalia amenaza con destruir una buena parte de sus 5.000 empleos.  La caída del tráfico también se ha cebado con Iberia, algunas de cuyas rutas más tradicionales –La Habana, Santo Domingo, Montevideo y Puerto Rico, entre otras— desaparecerán o serán servidas con vuelos en conexión.

Es por ello, que a pesar de los buenos datos de entrada de turistas extranjeros en 2012, el sector se encuentra en una profunda crisis, pues no se espera una recuperación en el turismo de españoles –tanto interior como exterior–,  lo que afecta a toda la cadena de valor sectorial y obliga a una restructuración cuyas dos puntas de lanza –Iberia y Orizonia– anticipan será severa.  En este escenario, la peor de las noticias es, así, una huelga como la que iniciaron esta  semana los empleados de Iberia.


El caso es que de Iberia, por su transcendencia mediática, sabemos con todo lujo de detalles, por los telediarios y la prensa diaria, como se vienen sucediendo los acontecimientos económicos y laborales... pero, ¿y Orizonia? Hoy hablaremos sobre la difícil situación de supervivencia que pasa uno de los gigantes españoles del sector; Orizonia.

La agonía de Orizonia 

Segundo adiós en el sector turístico en tres años. A la desaparición de Viajes Marsans en 2010, podría sumarse a corto plazo la de Orizonia, dueña de Vibo (antigua Viajes Iberia).


El presidente y consejero delegado, José Duato, anunció ayer a sus empleados que, si no encuentra compradores, el grupo presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción para 4.500 personas, sobre un total de 5.000 trabajadores, según fuentes sindicales. Desde la empresa, por su parte, han subrayado que Orizonia “centrará sus esfuerzos en buscar soluciones que garanticen la viabilidad del mayor número de empleos” y que descartan, por el momento, el concurso de acreedores. La semana pasada, el grupo se acogió al preconcurso para evitar que algún acreedor instara la quiebra.

Vibo Viajes y Orbest


La intención de Orizonia era mantener parte de Orbest, la aerolínea del grupo, y alguna oficina minorista de Vibo, aunque, según fuentes del sector, la compañía podría estar negociando la venta de estos dos activos (de hecho, parece firme, si no se tuerce ante la difícil posición de Orizonia, la venta de parte de Orbest, lo que salvaría 800 empleos de los 5.000 que están en franco peligro). En paralelo, otros competidores estarían negociando la incorporación a su red de las agencias franquiciadas de Vibo Viajes.

En menos de una semana, la situación de Orizonia ha dado un giro de 180 grados, aunque los últimos meses han sido un cúmulo de acontecimientos inesperados. La antigua división emisora de Iberostar, la cadena de la familia Fluxá, inició en la segunda mitad de 2012 un proceso de reestructuración de su deuda financiera de 619 millones. En paralelo, puso en marcha la búsqueda de un inversor financiero que relevara en el capital a Carlyle, accionista mayoritario, que anunció su intención de deshacer posiciones. 


Las entidades acreedoras negociaron con Barceló, que ofreció una inyección de 40 millones de euros y una quita en la deuda, pero ICG, uno de los principales acreedores, vetó el acuerdo. Entonces, entró en escena Globalia, que selló un pacto a cambio de 60 millones y la asunción de 81 millones de deuda. En diciembre, aportó 15 millones, con el resto del capital sujeto a la luz verde de la operación por las autoridades de Competencia. La decisión de éstas de retrasar hasta dos meses su dictamen precipitó los acontecimientos y obligó a Orizonia a acogerse al preconcurso.

Comentarios

  1. Ya sabemos para que vale Competencia!!!!

    "...entró en escena Globalia, que selló un pacto a cambio de 60 millones y la asunción de 81 millones de deuda. En diciembre, aportó 15 millones, con el resto del capital sujeto a la luz verde de la operación por las autoridades de Competencia. La decisión de éstas de retrasar hasta dos meses su dictamen precipitó los acontecimientos y obligó a Orizonia a acogerse al preconcurso."

    Vale para hundir empresas españolas y crear parados
    ¿no?
    Pues eso parece

    Para hundir empresas españolas los funcionarios son casi tan magnificos como los politicos, los sindicalistas y la CEOE

    !bestial!!

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