El consumo interno vuelve a dar señales de vida en nuestra economía.

La economía española sigue emitiendo señales que confirman la recuperación. Una mejoría que se ha trasladado al fin al consumo interno, el principal impulso de la actividad productiva en España durante las últimas décadas. El cambio de tendencia se inició antes de las Navidades –en las que se produjo un incremento de la facturación del comercio entre un 5% y un 8%, según las empresas consultadas por diversos estudios privados y oficiales–. Las cifras del comercio minorista del pasado noviembre así lo relevan: sus ventas aumentaron un 2,1% en tasa interanual, un nivel que sólo superaron Portugal, Luxemburgo y Francia en el resto de la Unión Europea, confirmando la previsión de que el crecimiento se acentuaría en el último trimestre del año. En este sentido, las estadísticas disponibles por el Ministerio de Hacienda recogen una mejora de la facturación del comercio del 3,9% en los meses de octubre y noviembre de 2013. Estos indicadores hacen albergar esperanzas de que la previsión de que el PIB aumentase tres décimas en el último trimestre del año recién terminado podría haberse superado.

Pica para ampliar.

Pero las buenas noticias para el consumo no acaban ahí. A pesar de las abrumadoras cifras de desempleo, un buen número de españoles cree –según la última encuesta del CIS– que la mayor parte del ajuste laboral ya se ha producido, por lo que muestran una mayor tranquilidad sobre la estabilidad de su actual empleo, lo que les predispone a consumir más en los próximos meses. Aunque el verdadero revulsivo para el consumo sería que se consolide el extraordinario avance de la creación de empleo registrado en diciembre –64.000 nuevas contrataciones, la cifra más elevada en los últimos 12 años–, sobre todo si beneficia a los grupos más castigados por el desempleo (familias con todos sus miembros en paro o parados de larga duración). De ahí la importancia de que el Gobierno apruebe nuevas medidas para incentivar la contratación adicionales a las aprobadas a finales del año pasado para impulsar el uso del contrato a tiempo parcial, una medida acertada pero por insuficiente por si sola para generar empleo al ritmo necesario.

La bajada de salarios más intensa de Europa se produjo en España. Pica para ampliar.

No obstante, el Ejecutivo no debe olvidar que hay otros factores que frenan la mejora del consumo, como la caída de la renta disponible por los hogares en el tercer trimestre de 2013 debido a las rebajas de los salarios y el descenso de la tasa de ahorro. En esta línea, una rebaja ambiciosa de la elevada presión fiscal podría compensar esa relevante pérdida de poder adquisitivo.

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