Los mayas nos mataban en el 2012 y las demoledoras previsiones de la OCDE lo hacen en el 2013.

Ni brotes verdes ni rayos de esperanza. Lo peor de la crisis está por llegar. Lo dice la OCDE en su informe semestral de perspectivas, en el que pronostica que la recesión en España se agravará en 2013 con una caída del PIB del 1,4% y una tasa de paro que llegará al 26,9%, una cifra insólita que llevará el número de parados por encima de los seis millones.

La OCDE ha mejorado así tres décimas su anterior pronóstico para España en 2012, aunque revisa drásticamente a la baja sus expectativas para 2013, puesto que en mayo apostó por una caída del PIB español del 0,8%. La recuperación empezará de forma suave, en 2014, con un crecimiento del 0,5%.

Con estos malos augurios, la OCDE se une al resto de organismos internacionales que no confían en el cuadro macroeconómico presentado por el Gobierno que augura un descenso del PIB del 0,5% en 2013, la diferencia entre ambas previsiones es de casi un punto. En sus recientes previsiones económicas, la Comisión Europea situaba la caída del PIB en España en 2012 y 2013 en el 1,4%. Y el FMI también revisó a la baja sus previsiones en octubre hasta situarlas en un -1,3% para el año próximo. No hay que olvidar que fue del exterior de donde primero llegaron las voces de que España seguiría en recesión el año próximo.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró que trabajará para que las previsiones del organismo no se cumplan, y destacó datos positivos como el del déficit de octubre, descendió un 4,13%, que se conoció ayer. La secretaria de Estado de Hacienda, Marta Fernández Currás, aseguró que las previsiones del Ejecutivo se ajustan más a la realidad que las de la OCDE, porque éstas incluyen las ayudas a la banca... claro que ¿ésta qué iba a decir?

Las razones en las que la Organización fundamenta sus malas perspectivas son conocidas: "la consolidación fiscal, la debilidad de la demanda por parte de los socios comerciales de España y las dificultades financieras". Por ello, los economistas del club de los países más desarrollados del mundo advierten de las consecuencias de aplicar más medidas de austeridad, porque podrían agravar la recesión.

La OCDE sostiene que el programa de ajustes puesto en marcha por el Gobierno "es el necesario y el adecuado para restablecer la confianza", aunque "continuará deteriorando la economía". Asimismo, considera importante que el Gobierno implemente las medidas necesarias para conseguir el objetivo de déficit. Sostiene que cumplirán con el plan anunciado, que fija una consolidación de alrededor del 2,7% en 2013 y del 1% en 2014.

Como consecuencia de esto, el déficit disminuirá, aunque no se cumplirán las metas fijadas debido a la debilidad del crecimiento económico, incluido en 2012. Este año se quedará en el 8,1% del PIB (frente al 6,3%), en 2013 en el 6,3% (frente al 4,5%) y en 2014 en el 5,9%, según las proyecciones del organismo.

"Se espera que la consolidación fiscal tenga efectos más pronunciados de los usuales en el crecimiento, en un contexto de restricción del crédito, por lo que se desaconseja la toma de medidas adicionales para cumplir con el objetivo de déficit, especialmente si el crecimiento es más débil del esperado por el Gobierno", sostienen.

En fin señores, que entre los cabrones de los mayas y los aguafiestas de los de la OCDE vamos a comenzar y terminar las navidades con peor ánimo que el portero del Betis tras el reciente derby sevillano. El caso es que estoy harto de subir dramas, malos augurios, pésimas noticias, ect... a la bitácora (las cosas de la crisis, no es que yo sea un malaje). Hoy, por ello, me quiero despedir de ustedes con Emilio Duró, el mejor coaching motivador del país, al que recurren las mejores empresas del mismo. Este señor es especialista en "poner las pilas" y cargar de energía positiva en sus ponencias. Al menos nos iremos dle blog con una sonrisa y un ánimo renovado. Prometo subiros en lo que queda de año una ponencia completa de él... merece la pena el hacerlo para encarar las uvas con una actitud positiva ante lo que parece que se nos viene encima.