Dice mi ángel de la guarda que escriba yo. Séneca.

Dice mi ángel de la guarda que escriba yo en el blog... que el humilde anonimato de mi pluma es la voz callada del pueblo. De ese pueblo que no rechista por no ser flanco preferido de iras y mayor represión si cabe, a pesar de cargar -ese pueblo- con la mayor parte del yugo. De ese pueblo que escapa de la esclavitud pensante, establecida por la logse, la educación de la ciudadanía, la telebasura y demás herrajes del político demente. De ese pueblo que es listo e inteligente y da por buena la callada ante la impotencia adquirida con el pasar de los continuos escarmientos que provoca vivir la vida en estos pagos.

Dice mi ángel que a mí no me pagan por denunciar a nadie, que no me conocen y no pueden darme mando y medallas en ninguno de los bandos que transitan por la trinchera política llamada España. Que mi credibilidad está virgen, intacta. Que mi pluma es pura y no asalariada por ello justa y no sesgada. dice que es, mi pluma, tan poco importante, más tan nítida, como para hacer el suficiente daño y parecer casi incontestable... dice mi ángel.

Dice mi ángel que, por ser así, mi pluma suena a puñetazo en la mesa, a verdad del barquero, a mandamiento religioso, a evidencia irrefutable... ya saben, todo eso de lo que carece nuestra casta política al uso.