¡S’acabó la crisis!. Marcelo Casadejús.


El pasado miércoles alrededor de las diez y media de la noche se acabó la crisis. Desde entonces pocas conversaciones versan sobre lo mal que lo estamos pasando, por las dificultades por llegar a fin de mes, por la precariedad en el empleo, por la carestía de la cesta de la compra o por un sinfín de malas cosas más.
¡Somos felices!, o, cuanto menos, así nos lo creemos. En los mensajes de los políticos, rojos o azules, no se huele la acritud de hace unos días; nos felicitamos y una sonrisa de retranca asoma dibujada en los labios de quienes nos tutelan. Los periódicos no abren sus portadas con la habitual retahíla de corrupciones sino con las fotos de unos señores en pantalón corto pegando brincos.
¿Tanto ha cambiado todo en un momento? La percepción de las personas muda con los pequeños detalles. Siendo el mismo trasfondo el escenario aparenta ser otro según el color que queramos ponerle; hace unos días tocaba el morado penitente y ahora el verde esperanza.
Lo curioso del caso es que estamos viviendo de una ilusión; que España gane el mundial no va a reportarnos personalmente nada; seguiremos como estábamos (bien o mal) para continuar igual (bien o mal).
Algunos “expertos” auguran ya un cambio en nuestra vida, hecho justificado porque (según ellos) la generación de un optimismo pasional desatasca las penurias. Dicho de otra manera, la bolsa subirá espectacularmente, el consumo se disparará, el empleo se recuperará y volveremos al limbo de la ignorancia en el que hemos estado vagando muchos años, y, todo esto, gracias a un equipo de fútbol que ha quitado las rayas azules de su camiseta de club para dejarla solamente roja.
Espero que esto no sea el cuento de la lechera, que el domingo, a eso de las diez y media de la noche, no nos demos un tropezón y nos encontremos de nuevo en la casilla de salida con la miel a un palmo de nuestros labios una vez más.
Esto sería la parte negativa; la positiva que, sea cual sea el resultado, unos señores en pantalón corto han conseguido que nos evadamos durante un mes de nuestro mal día a día. ¡Que la fuerza nos acompañe y a ver con qué nos engañamos el mes que viene!
*Marcelo Casadejús, experto en mercados de fondos.

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