La angustiosa herencia de Zapatero.

Pese a que las autoridades insisten en señalar las diferencias entre Grecia y España, ambas economías comparten todavía algunas similitudes inquietantes. La más preocupante es que el déficit de las administraciones de ambos países equivalía en 2011 al 9,4% del PIB, un desfase que tiene hipotecadas las arcas de los dos países de Europa del Sur. Esta alarmante cifra que certificó ayer la oficina estadística europea, Eurostat, evidencia los graves problemas que ha dejado en herencia el ex-presidente Zapatero a su sucesor. Bruselas -tras leer la letra pequeña de las ayudas a entidades como Nova Caixa Galicia, Catalunya Caixa y Unnim y del plan de pago a los proveedores- ha destapado que el agujero presupuestario español superó los 100.000 millones de euros el año pasado. Exactamente el agujero fue de 100.402 millones. Cada euro cuenta en la dura batalla contra los números rojos.

¿Dio alguna vez algún dato verdadero?
El problema es que el agujero de Grecia es de 19.686 millones de euros en términos absolutos, cinco veces inferior al de España. Por lo tanto, el desfase que descubrió ayer la Unión Europea pesará, y mucho, en la difícil decisión que tendrá que adoptar Rajoy en las próximas semanas: la petición del rescate. Los datos de Eurostat ponen de manifiesto que tanto en 2010 como en 2011 el Estado gastó mucho más dinero de lo ingresó, el germen que ha situado España en el punto de mira de todos los analistas internacionales y de las agencias de calificación de riesgos. El agujero final de España en 2010 fue del 9,7%, frente al 9,3% previsto. En 2011 el agujero fue del 9,4%, frente al 8,9% que se calculaba hasta ahora y del irreal desfase del 6% al que se aferraba el PSOE hasta el mismo día en el que abandono el Palacio de La Moncloa.


Las ayudas a la banca y el pago de las facturas en el cajón de las comunidades y de los ayuntamientos han aflorado un déficit oculto de cerca de 40.000 millones en los últimos dos años, al que se sumará un defase extra de 11.000 millones, generado por las inyecciones de dinero del Estado en Bankia, y que se tendrá que computar en el agujero presupuestario definitivo de 2012.

Datos firmes de Eurostat del 2.011. Pica sobre la imagen para ampliar.
Los datos de Eurostat ayudan a dar un diagnóstico certero de lo que ocurrió en el pasado, pero también contribuyen a hacerse una idea sobre si es posible cumplir con las duras exigencias de austeridad presupuestaria que impone Bruselas en el futuro. Y el diagnóstico a simple vista es que no es factible reducir el agujero presupuestario a los estrictos parámetros que fija Angela Merkel, según la opinión del FMI. Al menos, la Comisión Europea se ha mostrado comprensiva con las abultadas cifra de déficit de España. Simon O'Connor, portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios, aseguró ayer que el Ejecutivo comunitario "reconoce la naturaleza inevitable y excepcional de estos gastos" y que tendrá "plenamente en cuenta estos factores al analizar si España ha tomado o no medidas eficaces para corregir su déficit excesivo". O'Connor hizo hincapié en el objetivo de déficit estructural (que debe recortarse un 2,7%), más que en el objetivo nominal (que sería del 6,3%).

Datos firmes del Eurostat del 2.011. Pica sobre al imagen para ampliar.
A pesar de la comprensión que muestran las autoridades comunitarias en público, la oficina estadística de la UE pidió ayer a España que, antes de finales de año, introduzca "mejoras significativas" en su sistema de estadísticas, y en particular mayor control sobre las cuentas regionales, con el objetivo de evitar nuevos casos de facturas impagadas no registradas. El impacto en el déficit de estas facturas no contabilizadas en autonomías y ayuntamientos fue del 0,3% del PIB en 2011 (3.300 millones) y del 0,2% en 2010 (2.100 millones). El Gobierno ya ha puesto en marcha la Ley de Estabilidad Presupuestaria para evitar que esta inaceptable situación se vuelva a repetir, y que obligará a las administraciones a rendir cuentas al Gobierno central mensualmente. En las próximas semanas se convocará, de hecho, un Consejo de Política Fiscal y Financiera para evaluar si las regiones lograrán cumplir con el límite del déficit antes de que acabe el año.

Pese a las dificultades, España tiene una gran ventaja frente a Grecia. La deuda pública española equivale sólo del 69,3% del PIB en 2011, frente al inabarcable 170,6% de Grecia. Este último indicador es el que permite que Rajoy pueda seguir pensando si le conviene, o no, pedir el rescate.

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