Se estrecha el círculo vicioso deuda-banca: aumenta salvajemente la compra masiva de deuda española por parte de la gran banca.

Muchos economistas y analistas han criticado y advertido, una y otra vez, del pernicioso efecto que resulta de la compra masiva por parte de la banca de deuda del estado. Por un lado posibilita que el crédito a las empresas permanezca cerrado pues el dinero disponible para tan ansiado crédito lo emplea la banca en títulos soberanos que le proporcionan más rentabilidad. De nada vale pues que el BCE esté prestando dinero a la gran banca a un interés pírrico, esperando que esa medida repercuta en más crédito en el sistema empresarial y financiero del país. Por otro lado, la misma banca se ve amenazada por las continuas turbulencia de un país en crisis como éste en los mercados... y después hay que rescatarla.

Aún a sabiendas de todo esto; la situación se agudiza lejos de corregirse...

Y es que la gran banca -Santander, BBVA y Caixabank- ha aumentado su exposición en deuda pública en nada más y nada menos que un 26,7% en el primer trimestre del año, alcanzando un total de más de 106.000 millones de euros. Si no querías caldo, toma dos tazas...

Junto a las tenencias de bonos, los tres grandes bancos acumulan créditos a Administraciones Públicas españolas por 55.500 millones, lo que sitúa el riesgo total frente al Estado en 162.000 millones. Esta cifra no incluye el riesgo asumido por las aseguradoras de los tres grupos: otros 37.000 millones.

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Cartera de bonos

Del aumento de 22.500 millones en deuda pública española, la mayor parte corresponde a Santander. Entre diciembre y junio, el banco ha disparado un 50% el volumen de bonos en sus distintas carteras de deuda: de 29.500 millones a 44.500 millones. La más voluminosa, los títulos disponibles para la venta, han pasado de 25.005 millones a 39.743 millones en junio, cerca de 15.000 millones más.

El incremento de CaixaBank ha sido más moderado: 6.300 millones, lo que ha situado su cartera de bonos en unos 30.000 millones.

La tendencia de Santander y CaixaBank contrasta con la de BBVA. Su cartera, que prácticamente no registra cambios, se eleva a 32.450 millones de euros. Son 1.200 millones más que en diciembre.

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Desde el inicio de la crisis, la interconexión entre los estados y la banca es seguida de cerca en sus múltiples aristas. Por una parte, el mercado vigila en qué medida el sector está supliendo la falta de negocio bancario con otros ingresos, como los generados por carteras de renta fija. En España, la troika avisó hace dos meses, en su última revisión del sector financiero, que el sector sigue recurriendo a estrategias como el carry trade (arbitraje de tipos) para generar resultados.

Las carteras de deuda están engordando los ingresos del sector por una doble vía, principalmente. Por una parte, están aportando ingresos financieros (constituyen el margen de interés, una vez descontado el coste de los recursos).

De media, la aportación de los bonos representa el 15% de los ingresos financieros de las principales entidades, según los informes semestrales.



En Santander, con datos de 2012, últimos disponibles, los títulos de deuda tienen un peso del 12%, mientras que los ingresos de la cartera crediticia suponen el 78%. El resto corresponde a seguros, depósitos en otras entidades o bancos centrales, entre otros.

El equilibrio es similar en BBVA: 14% por deuda y 76% por préstamos. En CaixaBank, la ponderación de los ingresos de las carteras de deuda, en aumento en el último año, está en el 15%. El mayor protagonismo de esta partida lo acapara Bankia: los bonos aportan en torno al 25% de los ingresos que conforman el margen de intereses, con el último dato público, el de diciembre de 2012.

Por otra parte, las ventas de carteras de deuda también están impulsando los resultados por operaciones financieras (ROF). Esta partida se ha disparado hasta un 294% en el semestre en algunos bancos.



Inquieta, a su vez, que la canalización de recursos por parte de la banca al sector público está restando financiación a familias y empresas. Y qué papel juegan las compras de la banca española en la caída de la prima de riesgo.

La gran preocupación es, con todo, el círculo vicioso entre riesgo bancario y soberano, la clave de la crisis de deuda desatada en Europa. Aunque ha amainado con las medidas del BCE y la unión bancaria, un riesgo que se sigue vigilando. Será examinado de nuevo en el test de es estrés que realizará Europa en 2014. Como hace dos años, el tratamiento que se dé a la deuda pública de economías periféricas volverá a ser determinante para la banca española.

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