La historia de un rescate español inminente...
El presidente Mariano Rajoy abrió definitivamente, el pasado día 3, la puerta a un rescate blando, al reconocer implícitamente que lo está estudiando. Si se tiene en cuenta que 24 horas antes la postura del Gobierno hacia esa posibilidad era algo así como "por encima de mi cadáver", uno podría pensar que lo del pasado viernes fue una respuesta al mensaje, casi amenaza, de Mario Draghi. El presidente del BCE aseguró el jueves que si España quiere que compre bonos, primero tiene que acogerse a un programa de ayuda de los fondos de rescate: el temporal (FEEF) o el permanente (MEDE).
Pero no se engañen. Ni Draghi es la primera autoridad europea que enseña a España el camino del fondo de rescate temporal (FEEF), ni el Gobierno se enteró el jueves de esta petición. La opción de recurrir a estos mecanismos para que compren deuda española lleva rondando por Bruselas desde junio y las presiones se han acentuado en las últimas dos semanas.
Pero no se engañen. Ni Draghi es la primera autoridad europea que enseña a España el camino del fondo de rescate temporal (FEEF), ni el Gobierno se enteró el jueves de esta petición. La opción de recurrir a estos mecanismos para que compren deuda española lleva rondando por Bruselas desde junio y las presiones se han acentuado en las últimas dos semanas.
Las negociaciones se remontan, como mínimo, a la Eurocumbre de finales de junio. El acuerdo para flexibilizar el uso de los fondos de rescate para comprar deuda se alcanzó en la madrugada del 28 al 29 de junio, tras el plante de España e Italia en el Consejo Europeo. Y entonces ya quedó claro que los procesos para activarlo no cambiaban. Es decir, se suavizaba la condicionalidad de estos programas de ayuda, pero los Estados seguían siendo los responsables de pedirlos formalmente y activar la intervención en el mercado.
Desde entonces, hubo alguna insinuación, como la de Benoit Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, que aseguró que si algún país necesitaba utilizar los fondos de rescate para intervenir en el mercado de deuda, la UE no exigiría más condiciones que las recomendaciones de la Comisión (que ya están cumpliendo tanto España como Italia).
Pero la presión de la UE entró en una nueva fase el lunes de la semana pasada. El 23 de julio, Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, convocó a los periodistas españoles en Bruselas y se lamentó de que quedaba un acuerdo del pasado Consejo Europeo por cumplir: activar los fondos de rescate para estabilizar el mercado de deuda. Y como esa activación solo puede venir por parte de un Estado miembro, el mensaje era claro.
Pero la presión de la UE entró en una nueva fase el lunes de la semana pasada. El 23 de julio, Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, convocó a los periodistas españoles en Bruselas y se lamentó de que quedaba un acuerdo del pasado Consejo Europeo por cumplir: activar los fondos de rescate para estabilizar el mercado de deuda. Y como esa activación solo puede venir por parte de un Estado miembro, el mensaje era claro.
Además, Almunia añadió que uno no puede pedir a sus socios que le ayuden si él "todavía no ha hecho lo máximo". Blanco y en botella.
A todo ello siguieron una serie de filtraciones en la prensa alemana y francesa que apuntaban al FEEF como actor principal. Pero por si fuera poco, el domingo pasado, Jean Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, aprovechó una entrevista concedida a la prensa francesa para anunciar una acción concertada entre los fondos de rescate y el BCE, y que la decisión se tomaría en los próximos días.
Es decir, Comisión Europea y Eurogrupo, en un plazo de menos de siete días, abrían públicamente la puerta a España de los fondos de rescate para comprar deuda. Pero el mismo lunes, el secretario del Tesoro español, Íñigo Fernández de Mesa, aseguraba que ni habían pedido ayuda al FEEF ni tenían pensado pedirla.
El jueves llegó el turno de Draghi y escenificó lo que el Gobierno español ya sabía, como mínimo, desde hace semanas: sin FEEF o MEDE (y su condicionalidad) no hay compras de bonos. El viernes, Rajoy, abrió la puerta de lo que parece inevitable.
KE HIJO DE LA GRAN P.TA
ResponderEliminarNOS A ARRUINADO ESTE casPPoso
PUES TOMAR RAJOY FAXAS