Merkel y Hollande frenan la excesiva austeridad ante el sombrio panorama de la economía europea.

La ralentización de la economía europea parece haber vencido la resistencia germana a virar el foco de la política comunitaria hacia el crecimiento. En su declaración conjunta de ayer, el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, escenificaron un acuerdo de cara al Consejo Europeo de junio, en el que propondrán al resto de socios acelerar la puesta en marcha del fondo de 6.000 millones de euros contra el paro juvenil, la concesión de créditos a pymes por parte del Banco Europeo de Inversiones y la unión bancaria. Ambos dirigentes recalcaron la urgencia de estas medidas, recogiendo así las reivindicaciones de líderes europeos como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que desde hace semanas venía pidiendo a Europa movimientos en este sentido, aunque sin abandonar la austeridad presupuestaria. En el mismo escenario en que comparecieron Hollande y Merkel fue donde el martes Rajoy reclamó a las instituciones europeas “hacer más, más rápido y de una manera más eficiente” contra la crisis.


España sería uno de los países más beneficiados por estas propuestas para fomentar el crecimiento. Los altos niveles de paro, la asfixia crediticia de nuestras pymes y el empeoramiento de las previsiones sobre la economía española constituyen un motivo de creciente preocupación en Bruselas. Por eso la Comisión Europea no sólo ha concedido dos años más a España para reducir el déficit público, sino que ha fijado objetivos anuales más laxos hasta 2016. Eso sí, a cambio ha impuesto un calendario estricto para que el Gobierno español aplique las reformas pendientes. Y es que, como recordó ayer Merkel, las nuevas políticas europeas en favor del crecimiento económico deben conjugarse con la austeridad y las medidas estructurales para aumentar su efectividad.


El gesto del eje francoalemán debe ser un revulsivo al pesimismo reinante en Europa. Pero para ello es necesario que de una puñetera vez las declaraciones de sus líderes no queden en papel mojado y sus propuestas se pongan en marcha rápidamente. Basta con tirar de hemeroteca para comprobar que la misma Merkel y el antecesor de Hollande, Nicolas Sarkozy, prometieron en enero de 2012 un giro hacia políticas de crecimiento que nunca se concretó. Esta vez debe ser diferente. Hay mucho en juego.


Por otra parte, aprovecho para anticiparos que mañana subiré un amplio análisis, con gráficas y datos ofrecidos por el INE esta misma semana, de la economía española en lo que va de año. Con dicho análisis comprenderéis por qué la OCDE ha endurecido las previsiones económicas respecto a nuestro país de forma inmediata. 

Comentarios

Entradas populares