A propósito de Israel. Fernando Iwasaki.
Como consecuencia del asalto a la «Flota de la Libertad», la opinión pública se ha vuelto a dividir de manera feroz e irracional, hasta el punto de no existir una clara conciencia de los elementos que realmente nos crispan, dividen y enfrentan. Vaya por delante que mi impresión es que desde aquí proyectamos hacia el exterior nuestras propias tensiones, como si cada una de las Dos Españas del poema de Machado se prolongara por el resto del planeta. Y si al prejuicio le sumamos la ignorancia, no me extraña que un científico israelí, experto en energías renovables, haya sido víctima de una agresión dentro del campus de la Universidad Autónoma de Madrid. ¿Por qué un centenar de pacifistas trató de linchar al profesor Eytan Levy, si no es militar ni miembro del gobierno ni sionista reconocido? Por sectarismo y por ignorancia.
Los conflictos entre el estado de Israel y el mundo árabe no pueden ser cabalmente entendidos desde la religión o la ideología, porque asumir cualquiera de ambos puntos de vista supondría tomar partido a favor de unos y en contra de otros. Tampoco sería suficiente razonar desde la legalidad internacional, pues ninguno de los actores del conflicto ha respetado siempre las resoluciones de la ONU y todos han sido sancionados más de una vez por los tribunales internacionales. (De hecho, lo que Turquía no quiere que Israel haga con los palestinos, es lo mismo que los turcos hacen contra kurdos y chipriotas). Finalmente, de nada serviría actuar en función de quiénes son los débiles y quiénes los fuertes, porque si bien Israel es más fuerte que Palestina, Israel es a la vez más débil que la suma de todos sus enemigos juntos.
Para mí tienen más credibilidad quienes deploran por igual las muertes de israelíes y palestinos, y quienes condenan tanto el terrorismo como el uso desproporcionado de la fuerza. Creo que ésta es la piedra de toque del asunto, pues a mí no me alegran ni los muertos de Israel ni los muertos de Palestina, a la vez que no celebro ni los ataques del ejército israelí ni los atentados de Hamás o Al-Fatah, ya que una intifada se me antoja tan criminal como un bombardeo de castigo. ¿Y en cuál de las partes en conflicto podríamos encontrar partidos e instituciones —no sólo individuos— que razonen así? Tan sólo en Israel.
Contra lo que muchos podrían pensar, lo que diferencia a la derecha israelí de la izquierda israelí, es su posición ante Palestina. La democracia de Israel es tan sólida y coherente, que acepta la presencia de partidos progresistas que defienden la creación del estado palestino y los derechos del pueblo palestino, con mucha más decencia y honestidad que ciertos países árabes que sólo utilizan a los palestinos como carne de cañón contra Israel. De hecho, la última guerra fratricida entre Hamás y Al-Fatah forma parte del fenómeno que acabo de reseñar, como antaño la desestabilización del Líbano o las masacres jordanas contra los palestinos. ¿No es razonable pensar que el estado de Israel sería el primer beneficiado de una buena vecindad con Palestina?
Una cosa es la simpatía y otra muy distinta la justicia. Puedo sentirme más cercano a la cultura judía y a las instituciones políticas del estado de Israel —ojo que no son sinónimos—, pero ello no me impide reconocer sus errores y condenar sus excesos desde una perspectiva humanista y para nada religiosa o ideológica. ¿Con quiénes se puede hablar y razonar en estos términos? ¡Qué lástima!
*Fernando Iwasaki Cauti, Es narrador, ensayista, crítico e historiador.
Su artículo es muy filosionista. Decir que no puede ser entendido desde la ideología porque se tomaría partido es risible. Debería leer el ensayo de Unamuno "Los políticos y los apolíticos". La justicia dice que el conflicto israelí es un crimén de lesa humanidad de Israel contra palestinos y árabes, con la complicidad de las potencias occidentales. Israel se adueñó ilegalmente del 70% del territorio palestino, los expulsó utilizando métodos criminales y terroristas desde 1948. Ha arrebatado territorios árabes ilegalmente en varias guerras iniciadas por ellos. Y es más fuerte que todos los países árabes juntos al tener una fuerza nuclear de más de 200 armas nucleares con sus respectivos vectores y por si fuera poco recibe todos los años ayuda militar de USA por valor de miles de millones de dólares. Por último la Intifada no es criminal, es la última y desesperada opción de los que son ignoradas, vilipendiados y masacrados de siempre. Israel se justifica con el holocausto, que no fue solo de judios, también lo sufrieron los pueblos eslavos y todos los considerados como inferiores por los nazis, hasta los propios alemanes que se opusieron al régimen fascista. Todos los terrorismos son execrables vengan de donde vengan, pero los de Israel tienen el agravamiento de ser realizado por un estado fuerte y cruel.
ResponderEliminarPor otra parte señor Iwasaki, se olvida que el inicio del problema comienza cuando USA a través de la ONU impone una división de Palestina, antinatural y artificial, pues que se diría si España fuera dividida para crear un estado árabe donde se asentaran los palestinos en la diáspora, con la justificación que estuvieron los árabes 8 siglos en el lugar. El estado de Israel, fue convertido desde su inicio en un gendarme de la política de EEUU en la región, el que hace el trabajo sucio, a cambio tiene apoyo militar y político. Una solución pasa por la devolución de todos los territorios árabes y palestinos, la creación de un estado palestino independiente con capital en Jerusalén, compartida esta ciudad con Israel. La democracia israelí es risible, que dice usted de la discriminación de los israelíes árabes. Es la "democracia" del sionismo, donde se es capaz de asesinar por poderosas fuerzas que lo gobiernan, a un candidato que aboga por la paz con los palestinos, por muy israelí y héroe que se le considere y por mucho apoyo popular que tenga.
ResponderEliminarLa última consideración señor Iwasaki, tiene que ver con el desenfreno del gobierno israelí que lo llevó a la increíble acción de prepotencia y crímen de asesinar en aguas internacionales, sin siquiera haber atravesado la frontera marítima de Gaza a los cooperantes humanitarios internacionales de la Flotilla de la Libertad. Que indica esto, que el lobby judío de EEUU y la ultraderecha sionista no puede ser contenida por el gobierno de Obama, y quizás esto tenga que ver con los acuerdo que el presidente de los EEUU aceptó de este grupo para acceder a la presidencia del país. No por gusto desapareció cuando la agresión sionista a Gaza, y no salió de él ni un mínimo comentario condenatorio.
ResponderEliminarComo se desarrollan los acontecimientos es muy probable que Israel ataque iulegalmente las centrales de enrriquecimiento de uranio iraníes. Lo cual no es ilógico pensar que terminaría en un ataque nuclear a Irán, pues este país no es de suponer que se quede con los bazos cruzados ante esa fechoría. Quizás incluso cuente con el apoyo del gobierno de Obama y del Pentágono, dado que los EEUU han pasado por alto olímpicamente los acuerdos entre Turquía, Brasil e Irán. ¿Y por qué? Pues porque le quitan todo argumento a sus exigencias. Por otra parte, Irán es miembro de la OIEA, y está bajo las salvaguardas de esta organización. La realidad es que se quiere demonizar a este país, e impedirle que acceda a la tecnología del combustible nuclear. Israel, que ha "robado" plutonio en los EEUU, que ha "robado" tecnología nuclear en EEUU, y que tiene un arsenal nuclear de más de 200 cabezas atómicas no es cuestionado en absoluto por estas potencias, ni por los creadores de opinión. Tampoco por usted.