Las terribles secuelas postcrisis que nos esperan.

Uno de los desafíos más importantes que la sociedad española deberá afrontar en los próximos años es el desequilibrio de la curva demográfica. El envejecimiento paulatino de la población nacional será su plasmación más elocuente, cuyas consecuencias económicas amenazan con poner en riesgo las bases del actual Estado de Bienestar. El sostenimiento del sistema de pensiones, la Sanidad y la Educación públicas o la estructura administrativa del propio Estado no estará garantizado si no se frena el proceso de desnivelación entre las clases pasivas y las activas que conforman la economía española. Una amenaza que la crisis ha agravado por la brutal destrucción de empleo acumulada desde 2008 (la Seguridad Social ha perdido tres millones de cotizantes en los últimos cinco años, lo que ha provocado su entrada en déficit y que el Gobierno haya tenido que recurrir en varias ocasiones a detraer recursos del Fondo de Reserva de las Pensiones) y debido al vuelco sobrevenido en la curva migratoria en España.


Después de décadas ejerciendo como receptora neta de inmigrantes, ahora las salidas del país superan a las entradas. En esta evasión no sólo participan las familias y trabajadores llegados a España durante el boom económico, sino, cada vez más, ciudadanos españoles que ante la falta de oportunidades en el mercado interno han optado por emigrar. Se trata principalmente de jóvenes y de profesionales cualificados cuyos perfiles apenas tienen demanda en el mercado laboral español en estos momentos, algo sobre lo que ha alertado esta misma semana la agencia de calificación crediticia Fitch. Más de 260.000 personas han dejado España entre enero y junio, cifra equivalente a la población de capitales de provincia como Cádiz o León, de las que aproximadamente una décima parte son nacidos en España; lo que ha acentuado la caída del censo iniciada el año pasado.


Aún es pronto para calibrar las consecuencias de este proceso, que podría atenuarse si la recuperación de la economía española se plasma en una decidida creación de nuevos puestos de trabajo –una posibilidad sobre la que los expertos prefieren ser escépticos–. Pero es evidente que se generarán algunos desequilibrios importantes a nivel social y económico, que no será fácil reparar al menos a corto y medio plazo.

Comentarios

  1. Pero no es solo eso que Vd dice

    Una persona digamos un marroqui, que goza de ayudas sociales en España ¿volvera a su pais para perderlas?
    Un delincuente extrajero,de ese pais, que viva en españa ¿regresara asu pais? Alli hay menos donde robar y las penas son mucho peores

    Pues ahi tiene Vd dos fuentes de instabilidad social que aumentan, de paso, las clases pasivas y le gasto del estado sin ningun retorno para el mismo

    La decreciente demografia de los españoles ( que es algo pactado politicamente) se podria paliar creando empleos muy cualificados en lugar de siimples albañiles o camareros.
    Pero no existe capacidad ( ni por parte del Estado, ni por parte del capital privado ni siquiera lo permite el escaso nivel de educacion medio) para crear una economia basada en la produccion de servicios y/o artefactos de gran valor añadido

    Asi que tendremos una españa de colectivos pobres ( nacionales y extranjeros) compitiendo entre si por las migajas del estado del semibienestar (lo que creará un extremismo fascista) extremismo fascista que ya se ve en los planteamientos separatistas del salvese quiene pueda y apartheid contra el resto de los españoles Extremismo fascista que se refleja en el resto que N SIQUIERA saben ver que esos apartheid propuestos e impuestos son FASCISMO

    Esas tensiones ¿como acabaran? la violencia generada en todos y cada uno de los colectivos que "conviviran" en esa España futura saldran por algun lado y de mala manera

    Añada Vd a esto que el "desencanto inevitable" de los colectivos que ponia de ejemplo al principio tienen ya su propio Gestor fascista el Islamismo ....

    Vamos a estar... en el paraiso.

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