Historia de los leviatanes

Justo antes de que los humanos evolucionaran, las ballenas y los delfines eran, libra por libra, las criaturas más inteligentes de la Tierra. Otro superlativo de los cetáceos: las ballenas más grandes de hoy en día son más pesadas que los dinosaurios más grandes que jamás hayan existido. Las tendencias evolutivas que produjeron animales marinos grandes e inteligentes son solo algunas de las fascinantes historias contadas en Spying on Whales.


El paleontólogo Nick Pyenson estudia fósiles de ballenas, pero también es conocido por cortar algunos cadáveres modernos. Como se presenta en su nuevo libro de ciencia-libro-a-mitad de la memoria, la información anatómica obtenida de ambos esfuerzos proporciona una fuerte evidencia de la evolución en acción. Ese proceso ha transformado a los antepasados ​​de cuatro patas de los cetáceos, que regresaron al agua hace unos 50 millones de años, y se convirtieron en los gigantes marinos de hoy en día. Sin embargo, la investigación de Pyenson no ha sido solo trabajo de laboratorio: sus estudios de campo lo llevaron de estaciones de caza de ballenas en Islandia a un sitio en el desierto de Atacama en Sudamérica donde las ballenas antiguas fueron arrastradas a tierra.

Las ballenas azules son alrededor de 10.000 veces más masivas que sus antepasados ​​landlubber, señala Pyenson. Una innovación evolutiva que permitió la inmensidad de las ballenas azules y algunos de sus parientes más cercanos es la barbada, las hojas flexibles de queratina en forma de uña que cuelgan a cientos desde los techos de las bocas desdentadas de estas criaturas. Usando estas hojas deshilachadas y superpuestas, las ballenas barbadas filtran un número incalculable de diminutas presas de bocanadas de agua en el volumen de una gran sala de estar.

Para algunas especies de ballenas barbadas, otro activo indudable es el órgano sensorial que Pyenson y sus colegas descubrieron en los "mentones" de las ballenas de aleta, entre otros. Esa bola de pegajosa rica en nervios ayuda a las ballenas a sentir densas nubes de presas y a reconocer mejor la posición de sus propias mandíbulas al abrir y cerrar la boca.

Cuando Pyenson mira hacia el futuro de las ballenas, hay noticias mezcladas. La mayoría de los países han eliminado la cacería comercial de ballenas, pero las colisiones con barcos siguen amenazando la supervivencia a largo plazo de los cetáceos. Por otro lado, señala Pyenson, una disminución en el hielo marino de verano en el Ártico puede permitir que las ballenas grises se desvíen del polo desde el Pacífico Norte hasta el Atlántico Norte y más allá, posiblemente estableciendo nuevas poblaciones.

En general, es una delicia leer Espiar a las ballenas , desde las descripciones del autor de las vistas, los sonidos y los olores del laboratorio hasta las alegrías de la caza de fósiles, ya sea con sus colegas o con su pequeño hijo.

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