Tras los pasos de Grecia: los analistas apuestan por un segundo rescate de España.
La gestión de la endémica crisis en la eurozona por parte de la Troika está siendo realmente criticable según los resultados. El poderoso grupo de los "halcones", liderados por Alemania, se han mostrado demasiado pasivos y corporativistas entre ellos, el resultado es un completo fracaso.
Y es que España se sumó este fin de semana al carro de Grecia, Portugal e Irlanda... y lo que es peor, los principales expertos y analistas ya comienzan a descontar un segundo rescate español, de ahí la evolución de la maldita prima de riesgo y el casi usurero interés de la deuda emitida. Vayamos al grano...
Después de la tempestad no viene la calma. Viene más tempestad. El anuncio del rescate financiero de España, que contaba con deprimir la prima de riesgo e insuflar algo de tranquilidad en los mercados y la bolsa, no ha hecho sino multiplicar la incertidumbre sobre el futuro inmediato de la economía nacional. ¿Por qué? Pues porque todavía se desconoce la cantidad concreta del préstamo, el tipo de interés al que se prestará, el plazo de devolución y el fondo del que procederá: la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (EFSF) o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que previsiblemente entrará en vigor el 9 de julio. Diversos análisis difundidos ayer no tienen reparo en avanzar que España tendrá, tarde o temprano, que echarse en brazos de un nuevo rescate para sobrevivir a la escabechina de estos días.
Según un informe de Barclays, "la recapitalización es lo suficientemente amplia y decidida a tiempo, pero ha decepcionado a los mercados porque ninguno de los países europeos más fuertes asumirá parte de la carga. No repartir las cargas de una operación así es algo que nos tomamos muy en serio". Para los analistas de esta entidad, esto implicará "el deterioro de los balances bancarios o bien una inyección de liquidez del BCE".
Precisamente esta inyección "es lo que en este momento más necesita Europa", según el economista Alberto Recarte. "Lo que hacía falta no era una inyección de capital como la que se ha anunciado: lo urgente es que los bancos europeos dispongan de liquidez". "Europa se está rompiendo por la parte financiera", sentencia.
The New York Times también tiene claro lo que le hace falta a España. Su editorial de ayer era elocuente: "Es inevitable un segundo rescate para España". El periódico estadounidense subraya que los mercados entienden cada vez con más claridad lo que demasiados políticos europeos siguen negando: que las intervenciones en serie y los planes sistemáticos de austeridad y pacto fiscal "son un fracaso" porque hacen imposible el pago de sus obligaciones soberanas. El diario ofrece un diagnóstico similar al de diversos analistas en los últimos días: el rescate incrementará el ratio de deuda pública sobre PIB, desde el 70% actual a un factible 90%. Esto "complicará enormemente la tarea del Gobierno para refinanciar la deuda actual y prestar servicios públicos básicos. Esto puede desencadenar una segunda intervención, esta vez del país".
CÍRCULO VICIOSO
Y eso que en endeudamiento soberano español, de cumplirse el mencionado efecto del rescate, no estaría muy lejos de la media europea, situada en el 87,4% del PIB en 2011. Pero las magnitudes actuales pueden desmadrarse si se perpetúa el siguiente círculo vicioso: por un lado, los bancos españoles son los principales tenedores de deuda soberana, una realidad que se ha intensificado gracias a las dos barras libres de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), que las entidades han utilizado para financiar al Estado, y a la menor demanda de inversores extranjeros.
Por otro lado, el rescate actual se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), un instrumento público, por lo que el avalista último del préstamo es el Estado. Pero al mismo tiempo, el Tesoro requerirá la ayuda de sus principales inversores, los bancos, para realizar sus emisiones de deuda. Se trata de una interdependencia muy peligrosa que hace más vulnerable a la economía española frente a shocks externos y que la acerca a la zona cero de un nuevo rescate. Un rescate que, según sostiene un informe del Royal Bank of Scotland (RBS), oscilará entre los 370.000 y 455.000 millones de euros en los próximos tres años.
Mientras tanto, el Tesoro español deberá hacer frente durante este año a un pago de vencimientos de deuda de 300.000 millones de euros. Eso sin contar con los 90.000 millones de déficit de 2011 que también habrá que pagar.
Que habrá que pagar... si se puede. Habida cuenta que la cifra oficial de déficit ha ido variando en los últimos meses (desde el 8,5% que anunció el Ejecutivo el pasado diciembre al definitivo 8,9% atribuido a los desmanes autonómicos), nadie descarta que el diámetro del agujero presupuestario se ensanche unas décimas más. Y esto pone seriamente en peligro el cumplimiento de los compromisos con Bruselas, por mucho que la Comisión Europea haya ofrecido un año más de respiro al aplazar la meta del 3% a 2014, y aunque el objetivo del presente ejercicio se haya relajado al 5,3%.
La agencia de calificación Fitch, desde luego, no se fía del calendario. "España incumplirá los objetivos de déficit de 2012 y 2013 por un margen considerable", afirmó ayer su director de rátings soberanos, Ed Parker. Éste auguró que España mantendrá un alto déficit por cuenta corriente y que la confianza de los mercados hacia el país seguirá siendo frágil. Hace dos semanas, en una entrevista, el profesor de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini dejó claro que las pretensiones de reducción de déficit de España son "misión imposible" y "un sinsentido", y que "lo más sensato es que el Gobierno español renegocie cuanto antes otras cifras con Bruselas".
PEORES RÁTINGS
A juicio de Ed Parker, el rescate "puede contribuir a estabilizar los rátings al nivel actual, aunque claramente se trata únicamente de uno de los riesgos a los que se enfrenta España y su calificación", explicó. "Si apreciásemos un empeoramiento o una intensificación más generalizada de la crisis de la eurozona, estas nuevas noticias negativas podrían conllevar nuevas rebajas de ráting", advirtió. Ayer, de hecho, Fitch bajó la calificación a 18 bancos españoles... y hoy Moody´s ha rebajado nada menos que 3 escalones la nota de España, hasta situarla en los umbrales del bono basura.
Fitch no es el único que opina que, por mucho que los interrogantes y las presiones del mercado estén acosando estos días a España, el problema aquí se llama "euro". Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, apuntaba ayer lo siguiente: "Hasta que el futuro del euro no termine de aclararse, seguirá habiendo mucha volatilidad en los mercados, y la prima de riesgo no va a experimentar un retroceso importante en las próximas semanas". También se muestra escéptico con las capacidades del actual Ejecutivo para mermar el déficit, en la línea de Roubini y Fitch: "Creo que acercarse al 6% en 2012 y al 3% en 2014 va a exigir un nuevo calendario de reformas. Pero, a tenor de lo que hemos visto hasta ahora, mucho me temo que este Gobierno no va a ser capaz de estar a la altura de unas circunstancias tan exigentes".
COSTE DE BONOS
Laurence Boone, economista jefa para Europa de Bank of America Merrill Lynch, aseguró ayer a este diario que el principal problema actual de España es "la falta de credibilidad del Gobierno. Para bajar el coste de sus bonos públicos del 6,5% al 5% y hacer que la deuda sea sostenible, Europa debería aprovechar las condiciones del rescate a la banca para suavizar los objetivos de déficit, y así el mercado volverá a creer que el país puede alcanzarlos", informa Roberto Casado desde Londres, donde ayer tuvo un lugar un encuentro con 300 inversores organizado por la mencionada entidad.
Boone explicó que el escaso éxito en los mercados del plan de rescate se debe a las incertidumbres sobre su implementación. "No se sabe si los fondos europeos que prestarán el dinero al Gobierno español para recapitalizar la banca tendrán prioridad en caso de impago, ni las condiciones que irán asociadas a la ayuda", afirmó Boone tras la reunión.
Por su parte, Richard Thomas, jefe de crédito y analista bancario de Merrill, aseveró que también "hace falta una recapitalización de toda la banca europea para tranquilizar al mercado, no sólo la española".
El otro punto de riesgo que ven los inversores son las elecciones de Grecia del próximo domingo. Si su resultado conduce a que el país heleno salga del euro, Laurence Boone vaticinó que "el BCE tendrá que comprar bonos de países de la periferia y Alemania deberá aceptar que Europe garantice los depósitos de españoles e italianos, para evitar una crisis total en la eurozona".
Felicidades por el blog. Entré hace una hora y no he podido terminar de saciarme de él pues tengo que acudir al trabajo.
ResponderEliminarUn gran descubrimiento, cuente con un lector asiduo más a partir de hoy. Un saludo y siga regalándonos artículos e informes tan interesantes.