Previa a la crucial Eurocumbre: Angelita no variará un ápice su discurso, la terquedad alemana es el peligro.


La canciller alemana, Angela Merkel, socavó ayer los cimientos de los castillos en el aire levantados en torno a la mutualización de la deuda pública europea que se reclama desde Francia, Italia o, incluso, España. La líder de la locomotora europea aseguró ayer que la emisión de eurobonos como receta para salir de la crisis es una medida "errónea desde el punto de vista económico y contraproducente".

Esta afirmación fue realizada en vísperas de la gran cumbre del 28 y 29 de junio de jefes de Estado. El presidente francés, François Hollande, era el más firme defensor de llevar a este encuentro fórmulas para facilitar el acceso a la financiación de los países señalados por los mercados. "Cuando pienso en la cumbre me preocupa que de nuevo nos centremos demasiado en todo tipo de formas de mutualizar la deuda", añadió Merkel en una conferencia del Consejo para un Desarrollo Sostenible celebrada ayer en Berlín.

Hollande y Monti van a tener poco menos que exorcizar a la Merkel para que ésta acepte consensuar las posturas enfrentadas que dichos líderes llevan a la cumbre. Al parecer, la reunión en Roma entre las cuatro principales potencias de la Unión para unificar criterios no sirvió para mucho.

En su opinión, los eurobonos o el fondo para la amortización de la deuda, una idea surgida de los expertos que asesoran a su Gobierno, son inconstitucionales. "También me parecen erróneos desde el punto de vista económico y contraproducentes", enfatizó.

El portavoz de la canciller alemana, Steffen Seibert, también trató de recalcar el mismo mensaje en un encuentro con periodistas y aseguró que la canciller rechaza los llamamientos a soluciones "fáciles" para resolver la crisis.

"Nuestra unión monetaria se encuentra claramente en dificultades y los tipos de interés que algunos países deben pagar son parte de estas dificultades. El Gobierno alemán lo sabe muy bien y está determinado a encontrar una buena forma de salir de la crisis", añadió el portavoz. Eso sí, al mismo tiempos apuntó que "la canciller está preocupada por el hecho de que justo antes de la cumbre europea la gente está expresando su deseo de soluciones supuestamente fáciles, y en particular el deseo de la mutualización" de la deuda.

"Si el Gobierno alemán se opone a esto lo hace basándose en la legislación europea y la constitución alemana, pero también por nuestra convicción económica y política de que mutualización y control deben ir de la mano", remachó el portavoz.

La incertidumbre griega

Antonis Samaras ha enfermado en el peor momento posible.

Además, el Gobierno alemán también da por supuesto que en la cumbre de la UE no se alcanzará ninguna decisión respecto al programa heleno, pese a las especulaciones sobre un posible prolongación de sus plazos.

Seibert explicó que antes de abordar la situación de Grecia o cualquier tipo de reforma de sus planes de ajuste, la troika debe regresar a Atenas, entrevistarse con el nuevo gobierno y analizar la situación.

El portavoz explicó que, debido a que el Ejecutivo heleno acaba de conformarse y a los problemas de salud del primer ministro griego, Andonis Samarás, aún no han viajado a Atenas los representantes del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La troika tenía previsto viajar a Atenas esta semana, pero la canceló tras conocerse que Samarás tuvo que ser operado de urgencia.

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