Y tras el rescate: lunes negro en toda regla.
Hoy, para regocijo de los incondicionales de la web (que haberlos haylos, como las meigas), os subiré varias entradas en la bitácora para resumiros la jornada tan intensa de ayer y comenzar a perfilar las que nos esperan... el teclado echa humo en mi despacho. Pero vayamos por partes y comencemos desde el principio.
Los mercados tienen, desde hace semanas, marcada en rojo la cita de líderes europeos que se producirá los próximos jueves y viernes, con la expectativa de que se pongan sobre la mesa soluciones contundentes a los problemas que atenazan a Europa. Pero ayer, el optimismo sobre el que se había construido la remontada del mercado en los últimos días tornó rápidamente en decepción.
Diversas firmas de análisis hicieron pública desde primera hora su desconfianza respecto a las medidas que se puedan adoptar en la cumbre europea. También el BCE, que por medio de Ewald Nowotny, miembro del consejo de la institución, reclamó que no se creen "expectativas grandes y poco realistas". Y Alemania abonó estas dudas cuando la jefa del Gobierno, Angela Merkel, expresó su preocupación porque, de cara a la cumbre, "de nuevo nos centremos demasiado en todo tipo de formas de mutualizar la deuda".
De todo esto resurgió el temor a que, pese al recrudecimiento de los problemas, Europa tal vez no esté abierta a poner en marcha de inmediato las medidas que reclama el mercado. El euro se resintió de esta avalancha de pesimismo y volvió a situarse por debajo de los 1,25 dólares, por primera vez en dos semanas.
La prima sigue díscola, la deuda se tensiona.
Más notorio fue el impacto en los mercados de deuda, donde la prima de riesgo española vio truncada su mejoría de las últimas jornadas y repuntó 38 puntos básicos, hasta los 517 puntos. También se agudizó la presión sobre Italia y Portugal, cuyos diferenciales se ampliaron en 33 y 30 puntos básicos, respectivamente. Ayer se supo que, durante la semana pasada, el BCE tampoco compró deuda y ya acumula quince semanas sin hacerlo.
En la renta variable el varapalo no fue menos severo. El Ibex se vio arrastrado un 3,67%, hasta los 6.624 puntos. En la que representa la segunda peor sesión del año, el selectivo español vio esfumarse casi 11.500 millones de euros en capitalización.
La banca, rebajada casi en su totalidad -ayer noche por Moody´s- a bono basura, volvió a ser parte destacada en el revés. Bankinter y BBVA sufrieron caídas en torno al 5,5%, mientras que Santander y Popular se dejaron más del 4%.
A las últimas plazas del Ibex regresaron algunas de las firmas más castigadas en los últimos tiempos. Abengoa retrocedió un 8,11%; Sacyr, un 7,17%; y Gamesa, un 6,19%. También destacó a la cola del índice Repsol, que cayó un 6,12%, pese a que S&P dio el visto bueno a sus planes de reducción de deuda, situando la perspectiva de su ráting en estable. Sólo Inditex logró aislarse del nerviosismo general y con un ligero repunte del 0,42% se afianza como la compañía de mayor valor en la bolsa española.
La tensión se hizo evidente también en el repunte del volumen hasta los 3.765 millones de euros, frente a una media de 2.500 millones en los últimos días.
En el resto de Europa también fue el sector financiero el epicentro de las mayores turbulencias. UniCredit e Intesa se dejaron un 8,41% y un 6,51%, respectivamente; ING, Société y BNP cayeron más del 5%; y DeutscheBank retrocedió un 4,05%. Además, la finlandesa Nokia prolongó su tortuosa marcha con un descenso superior al 11%, hasta niveles de 1996. Con todo esto, el Ftse Mib italiano restó un 4,02%; el Cac 40 galo, un 2,24%; el Dax alemán, un 2,09%; y el Ftse 100 británico, un 1,14%. El índice Ase 20 de Atenas sufrió una merma superior al 8,5%, ante las dudas que aún suscita la continuidad de Grecia en la eurozona.Y la bolsa chipriota firmó también un descenso del 8,5%, el día en que el país solicitó el rescate de su banca.
La globalidad expande el desastre europeo.
Los nervios se extendieron a Wall Street, donde a la preocupación por Europa los inversores sumaban la inquietud por la debilidad de la economía mundial. El presidente de la gestora de activos de Goldman Sachs, Jim O'Neill, aseguró ayer que los problemas del mercado laboral de EEUU son una amenaza mayor para los mercados que los riesgos de la eurozona. Y Citi recortó sus previsiones de crecimiento para China. De este modo, el Dow Jones cedió un 1,09% y el S&P 500, un 1,6%. El fabricante de móviles RIM cedió un 7,4%, entre noticias sobre la segregación de su negocio (ver pág. 9). Y la banca también se desplomó, con MorganStanley, Citi y BankofAmerica restando más del 4%.
Los recelos sobre la marcha de la economía global se tradujeron en un nuevo descenso en la cotización del petróleo. Por el contrario, el maíz, el trigo y la soja registraron notables avances ante las negativas condiciones climáticas en las zonas de plantaciones en EEUU.
Entre las escasas noticias positivas, ayer destacó el alza del 6,69% con el que el índice Hermes de Egipto celebró el resultado de las elecciones presidenciales en el país. En el año, la bolsa egipcia gana más del 21%.
Los mercados tienen, desde hace semanas, marcada en rojo la cita de líderes europeos que se producirá los próximos jueves y viernes, con la expectativa de que se pongan sobre la mesa soluciones contundentes a los problemas que atenazan a Europa. Pero ayer, el optimismo sobre el que se había construido la remontada del mercado en los últimos días tornó rápidamente en decepción.
De todo esto resurgió el temor a que, pese al recrudecimiento de los problemas, Europa tal vez no esté abierta a poner en marcha de inmediato las medidas que reclama el mercado. El euro se resintió de esta avalancha de pesimismo y volvió a situarse por debajo de los 1,25 dólares, por primera vez en dos semanas.
La prima sigue díscola, la deuda se tensiona.
Más notorio fue el impacto en los mercados de deuda, donde la prima de riesgo española vio truncada su mejoría de las últimas jornadas y repuntó 38 puntos básicos, hasta los 517 puntos. También se agudizó la presión sobre Italia y Portugal, cuyos diferenciales se ampliaron en 33 y 30 puntos básicos, respectivamente. Ayer se supo que, durante la semana pasada, el BCE tampoco compró deuda y ya acumula quince semanas sin hacerlo.
En la renta variable el varapalo no fue menos severo. El Ibex se vio arrastrado un 3,67%, hasta los 6.624 puntos. En la que representa la segunda peor sesión del año, el selectivo español vio esfumarse casi 11.500 millones de euros en capitalización.
La banca, rebajada casi en su totalidad -ayer noche por Moody´s- a bono basura, volvió a ser parte destacada en el revés. Bankinter y BBVA sufrieron caídas en torno al 5,5%, mientras que Santander y Popular se dejaron más del 4%.
A las últimas plazas del Ibex regresaron algunas de las firmas más castigadas en los últimos tiempos. Abengoa retrocedió un 8,11%; Sacyr, un 7,17%; y Gamesa, un 6,19%. También destacó a la cola del índice Repsol, que cayó un 6,12%, pese a que S&P dio el visto bueno a sus planes de reducción de deuda, situando la perspectiva de su ráting en estable. Sólo Inditex logró aislarse del nerviosismo general y con un ligero repunte del 0,42% se afianza como la compañía de mayor valor en la bolsa española.
La tensión se hizo evidente también en el repunte del volumen hasta los 3.765 millones de euros, frente a una media de 2.500 millones en los últimos días.
En el resto de Europa también fue el sector financiero el epicentro de las mayores turbulencias. UniCredit e Intesa se dejaron un 8,41% y un 6,51%, respectivamente; ING, Société y BNP cayeron más del 5%; y DeutscheBank retrocedió un 4,05%. Además, la finlandesa Nokia prolongó su tortuosa marcha con un descenso superior al 11%, hasta niveles de 1996. Con todo esto, el Ftse Mib italiano restó un 4,02%; el Cac 40 galo, un 2,24%; el Dax alemán, un 2,09%; y el Ftse 100 británico, un 1,14%. El índice Ase 20 de Atenas sufrió una merma superior al 8,5%, ante las dudas que aún suscita la continuidad de Grecia en la eurozona.Y la bolsa chipriota firmó también un descenso del 8,5%, el día en que el país solicitó el rescate de su banca.
La globalidad expande el desastre europeo.
Los nervios se extendieron a Wall Street, donde a la preocupación por Europa los inversores sumaban la inquietud por la debilidad de la economía mundial. El presidente de la gestora de activos de Goldman Sachs, Jim O'Neill, aseguró ayer que los problemas del mercado laboral de EEUU son una amenaza mayor para los mercados que los riesgos de la eurozona. Y Citi recortó sus previsiones de crecimiento para China. De este modo, el Dow Jones cedió un 1,09% y el S&P 500, un 1,6%. El fabricante de móviles RIM cedió un 7,4%, entre noticias sobre la segregación de su negocio (ver pág. 9). Y la banca también se desplomó, con MorganStanley, Citi y BankofAmerica restando más del 4%.
Los recelos sobre la marcha de la economía global se tradujeron en un nuevo descenso en la cotización del petróleo. Por el contrario, el maíz, el trigo y la soja registraron notables avances ante las negativas condiciones climáticas en las zonas de plantaciones en EEUU.
Entre las escasas noticias positivas, ayer destacó el alza del 6,69% con el que el índice Hermes de Egipto celebró el resultado de las elecciones presidenciales en el país. En el año, la bolsa egipcia gana más del 21%.
Europa se les va de las manos a estos politicuchos.
ResponderEliminarArsenio te ha borrado el comentario de su blog
ResponderEliminarEl que se retrata censurando es él, no yo.
ResponderEliminarEl comentario era respetuoso, para nada ordinario aunque crítico... como dicen en su tierra y en la mía: "el que se pica ajos come".