El Eurostat confirma los miedos de Draghi.



 Ya señalábamos la semana pasada, cuando el BCE anunció por sorpresa el recorte de los tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0,25%, que el principal motivo para este movimiento inesperado eran las señales de debilidad detectadas en el seno de la economía europea. Y, en concreto, en sus dos grandes motores para el crecimiento: Alemania y Francia. Ayer, la agencia europea de estadística, Eurostat, confirmó esos malos augurios. La locomotora germana ha aminorado sensiblemente su ritmo de avance (esta misma semana las autoridades comunitarias han reprendido a sus homólogas alemanas por no aprovechar su abultado superávit exterior para elevar su consumo interno y, por consiguiente, las exportaciones de los países del Sur, como España), mientras que el PIB francés ha retornado al crecimiento negativo; lo que debería ser todo un aviso a navegantes de la fragilidad de la actual recuperación. 


No obstante, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, advirtió el miércoles de la existencia de “una cierta fatiga reformadora”, en alusión al retraso de algunas de las reformas que tenía previsto implementar el Ejecutivo antes de que termine este año. La renuencia del Gobierno de François Hollande a aprobar las reformas estructurales que precisa su economía explica, precisamente, lo efímera que ha sido la recuperación en Francia. Este retroceso, junto a la inferior demanda interna en Alemania, constituye la mayor amenaza para la zona euro en los próximos meses. 


Por ello el BCE se apresuró a insistir en que estudia medidas extraordinarias, como la compra directa de activos o colocar en negativo la remuneración que reciben las entidades financieras por sus depósitos de remanente en cuentas de la institución, a semejanza de lo dispuesto por la Reserva Federal estadounidense desde hace demasiado tiempo, con tal de evitar que la economía europea entre en barrena.

La Comisión Europea ha vuelto a señalar los desequilibrios de la economía española (el domingo os subiré un completo artículo profundizando los datos de la Comisión Europea) que pueden condicionar la recuperación. El Gobierno debe tomar buena nota.

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