El nacionalismo catalán prosigue el pulso... la ruptura se asoma en el Parlament.

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El Gobierno ya tiene negro sobre blanco el desafío que la Generalitat le plantea para los próximos meses. El Parlament aprobó ayer la "declaración de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña", en la que se defiende la voluntad de convocar un referéndum de autodeterminación. El texto salió adelante con los votos de 85 de los 135 diputados, algo menos de dos tercios de la cámara. CiU, ERC, ICV-EUiA abanderaron el sí, la CUP dio un "sí crítico" (un voto a favor y dos abstenciones), mientras que PSC -a excepción de cinco diputados díscolos-, PP y Ciutadans aglutinaron 41 votos en contra.

La aprobación del texto ha evidenciado las diferencias que existen entre amplios sectores de la sociedad catalana, pero también en el seno de los propios partidos. Convergència y Unió llegaron a plantear anteayer su ruptura ante los mutuos reproches sobre las consecuencias de defender la independencia -ayer rebajaron la tensión-, aunque el resquebrajamiento más evidente se produjo en el seno del socialismo catalán.

Àngel Ros (alcalde de Lleida), Joan Ignasi Elena, Rocio Martínez-Sampere, Marina Geli y Núria Ventura se abstuvieron de emitir su voto para no acatar el no que había impuesto el jefe de filas, Pere Navarro. Los cinco diputados, que pertenecen al ala catalanista del PSC, recibieron el apoyo de destacados dirigentes del partido, como Montserrat Tura o Joaquim Nadal. Este último anunció que se ve incapaz de continuar en el consejo nacional del PSC tras el rumbo fijado por Navarro.

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El PP, que ya anunció semanas atrás que votaría en contra de la resolución soberanista, aplaudió la decisión final del PSC, que en principio dijo que se abstendría hasta que ayer por la mañana cambió de parecer y anunció que rechazaría la propuesta de CiU y ERC. "Bienvenido, señor Navarro, al lado de la democracia y la legalidad", espetó la líder popular, Alicia Sánchez Camacho.

Con esta simple declaración, el PP logró situar al PSC en el lado contrario al referéndum ilegal, junto a Ciutadans, una escena que los socialistas querían evitar. En algunos círculos señalan que el giro de los socialistas responde a una estrategia de futuro para no complicar la carrera de Carme Chacón para liderar el PSOE.

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La resolución del PSC sí defiende la consulta, siempre que sea en el marco de la legalidad y de acuerdo con el Estado. Además, pretendía que el Parlament promoviera una amplia reforma federal de la Constitución, pese al escepticismo que suscita este proyecto en el PP y el propio PSOE. "El Parlament ha aprobado una declaración unilateral de soberanía, ha apostado por la independencia, haciendo superflua cualquier consulta posterior", lamentó Navarro.

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Sánchez-Camacho se expresó en términos similares, y recriminó a Mas llevar al Parlament "una propuesta de declaración unilateral de independencia a través de la trampa del derecho a decidir". En muestra de su disconformidad, los 17 diputados del PP -dos no se encontraban en el pleno- votaron en contra de la resolución soberanista y salieron de la cámara mientras el resto de partidos celebraban su victoria.

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Sánchez-Camacho se erigió en la voz del Gobierno en Cataluña y recriminó a los valedores del texto de "iniciar la ruptura con España" y de "fraccionar y dividir a la sociedad". Además, ahondó en la división de Convergència y Unió, y reprochó a los democristianos que "mientras Duran i Lleida preside la delegación española del Congreso en Chile, los diputados de Unió votan a favor de la separación del resto de España".

ESCLAVOS DE ERC

PP, PSC y Ciutadans coincidieron en que CiU "es esclavo" de las exigencias de ERC, después de que en las elecciones del pasado 25 de noviembre no consiguiera la "mayoría excepcional" que demandaba al electorado y, en cambio, pasará de 62 a 50 diputados. Los convergentes defendieron que ellos ya incluían en su programa electoral la voluntad de caminar hacia la creación de un estado propio, pero lo cierto es que los hechos se han precipitado en los últimos meses.

El texto que se aprobó ayer no habla explícitamente de la independencia de Cataluña, pero en el borrador inicial sí se incluía este objetivo y tan sólo fue retirado para sumar a ICV-EUiA y al PSC, con éxito dispar en esta empresa. Tampoco se hace mención clara a cuándo debería celebrarse el referéndum de autodeterminación, aunque los pactos de estabilidad entre CiU y ERC dejan claro que la consulta deberá materializarse en 2014.

Oriol Junqueras, líder de ERC.

El líder republicano, Oriol Junqueras, calificó de "normalidad democrática" que Cataluña celebre un referéndum de autodeterminación, y citó sentencias del Tribunal de la Haya para justificar que "el marco legal no puede frenar la voluntad democrática". Sánchez-Camacho, dijo, le regalará una Constitución.