Punto y seguido para el abismo fiscal estadounidense.

A vuelapluma, podría parecer que la pantomima navideña del abismo fiscal estadounidense acabó ayer con el consentimiento de la cámara de representantes de la propuesta consensuada por demócratas y republicanos en el Senado. Nada más lejos de la realidad, de ahí que tilde el asunto de pantomima.

El agotador tira y afloja de unos demócratas y unos republicanos atrincherados en sus dogmas históricos, sólo ha supuesto un leve respiro, una patada hacia adelante para ganar tiempo... lo más complicado está por llegar bien pronto; antes de marzo.

Y es que ambos partidos tendrán que ponerse de acuerdo, sin más dilación, en cómo meter la podadora en el gasto público  ya que EEUU tiene un déficit del 8% y una deuda que supera, por muy poco, el 100% de su enorme PIB. Para que se hagan una idea; España, con grandes problemas como bien sabéis de déficit y deuda, tiene el primero en el 7% y la deuda por debajo del 100% del PIB... los datos de la economía americana son peores que los nuestros, que ya de por si resultan dramáticos.

En el horizonte los recortes se suponen en la protección social y, sobretodo, en el ejército. Un delicado punto que no quieren afrontar ni republicanos ni demócratas ese de desmantelar el mayor ejército del mundo, orgullo del pueblo estadounidense por encima de todas sus demás virtudes y bondades y último garante de su supremacía mundial.

Además, deben de afrontar un nuevo techo o límite de endeudamiento... una situación que ya puso sobre las cuerdas a toda la economía mundial en agosto del 2011 y que provocó la rebaja crediticia del país.

Como veis, las verdaderas medidas aún están por llegar. De hecho, los analistas más prestigiosos consideran insuficientes las medidas tomadas para reconducir la economía de los EEUU.

 CAMBIOS FISCALES

Uno de los puntos insuficientes a todas luces del acuerdo alcanzado a ultimísima hora para evitar el abismo fiscal es el cambio fiscal producido en el país de las 51 estrellas y barras. Si bien Obama se salió con la suya, en principio, a la hora de subir los impuestos a los más pudientes de EEUU, dicha tributación sólo afectará a las rentas superiores a 450.000 dólares anuales, es decir, al pírrico 1% de la población. Tuvo Obama que interceder y subir el umbral de los 250.000 dólares de renta anual como pretendía hasta los 450.000 dólares citados. En la práctica supone una derrota, como bien han interpretado los analistas, pero de cara a la populista galería se apunta como una victoria. Buen político y mal gestor; la sempiterna etiqueta que pesa sobre Obama.

Sí puede tildarse como victoria, por el contrario, que se prorroguen durante un año el subsidio a los desempleados sin recorte alguno. Una imposición intocable para el presidente que han tenido que tragar los republicanos como si de comer sapos se tratase.

De los republicanos mencionar que se ha producido una brecha interna en su bando y el otrora poderoso Tea Party , opuesto frontalmente a cualquier subida de impuestos, ha quedado en evidencia y aislado dentro del ala conservadora al tener que claudicar finalmente en dicho punto del alza de impuestos. Apuntan a otros "tempos" en las huestes republicanas. 

CONSECUENCIAS INMEDIATAS

Las bolsas de todo el mundo respiraron aliviadas por el acuerdo alcanzado. El Ibex voló un 3% hasta alcanzar umbrales desconocidos desde marzo, y la puñetera prima de riesgo española cayó 30 puntos básicos, para situarse en los 359 puntos. Es una buena noticia, pero se trata de una reacción cuyos efectos sólo se percibirán en el corto plazo. La euforia bursátil no puede soslayar dos realidades más que enquistadas y preocupantes. Por un lado, el desesperante sistema parlamentario estadounidense que, por enésima vez, ha demostrado que puede mantener en vilo a todo el orbe. Por otro, los inevitables efectos que tendrán en la economía occidental los inevitables recortes  para marzo. Así que el mes que viene tendremos un nuevo culebrón y esta vez no será una pantomima.