El paro da un respiro a la economía pero no debe de interpretarse como un brote verde.
La caída durante cuatro meses seguidos de las cifras de paro registrado constituye un nuevo elemento de impulso para la recuperación de la economía española. El descenso producido en junio, de 127.248 personas, es el mayor en un mes de toda la serie histórica y supone casi la mitad del recorte del paro desde marzo (276.542 desempleados menos, el mejor trimestre desde 2007). A esta aceleración ha contribuido en gran medida el turismo –lo que anticipa que las mejoras continuarán durante el verano–, pero también otros sectores como la construcción o la industria, lo que es realmente esperanzador. Un viento de cola que el Gobierno tendría que aprovechar acelerando la aprobación de las medidas que sirvan para incentivar la contratación en los próximos meses. Porque, aunque la creación de empleo sumó 26.853 afiliados más a la Seguridad Social, este avance es inferior a los de mayo y junio.
El camino a seguir para apuntalar estas mejoras pasa por dar más flexibilidad a las empresas para contratar, reducir la maraña actual de tipos de contrato, alinear el coste del despido entre trabajadores indefinidos y temporales para reducir el excesivo uso de las contrataciones eventuales, y reformar los servicios públicos de empleo para incrementar su eficacia en la colocación de parados. Pero, de cara a la reforma laboral que el Ejecutivo debería presentar en septiembre, diversos organismos proponen medidas excepcionales que deberían ser tenidas en cuenta como una rebaja de las cotizaciones sociales, que Rajoy admitió la semana pasada estar estudiando para incentivar los contratos a jóvenes pero que el FMI o la fundación Faes piden extender a todos los trabajadores, o la eliminación del salario mínimo en los contratos a jóvenes recomendada por el Banco de España para eliminar barreras de entrada al mercado laboral.
Pica para ampliar
Desde Europa, se urge a poner el énfasis en la creación de empleo juvenil. Y es que, a pesar de la caída de un 7% del paro en junio en este segmento, los niveles del desempleo entre los menores de 25 años en España son insostenibles. Por eso, se han asignado al Gobierno español 1.900 millones del total de 6.000 millones destinados a la lucha contra el paro juvenil en toda Europa durante los años 2014 y 2015. Eso sí, la Comisión Europea vigilará de cerca, con el envío de técnicos, el reparto de las ayudas para asegurarse de que realmente sean efectivas.
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