España debe de reinventarse, ¿qué nuevo modelo imperará?

La deriva que ha tomado el pulso independentista catalán con el resto del país obliga a hacer una reflexión profunda que, en tiempos recientes, nos hubiese sonado a ciencia ficción. El caso es que con la presentación ayer de una consulta de independencia que saldrá adelante en el parlamento catalán se han desatado los peores temores, casi prehistóricos ya, que albergaba el país. 

Y no exagero un ápice, si creen que exagero no tienen más que leer el severo y amenazante comunicado de la AME (Asociación de Militares Españoles) hacia los independentistas catalanes:



Todos estos acontecimientos nos obligan a esa profunda reflexión que he citado al principio del post... y yo contribuyo a ella con diferentes modelos que imperan en el mundo para que hayan más opciones que las blandidas por unos y otros.


 España atraviesa una crisis de identidad. O, más bien, Cataluña pretende que España atraviese una crisis de identidad. La rebelión secesionista contra el Gobierno central desatada por Artur Mas ha conducido a la opinión pública hacia el enésimo debate sobre el modelo de Estado español. El President Mas, receloso de pronunciar la palabra "independencia", se agarra a la vindicación del pacto fiscal y, en el otro lado, el Presidente Mariano Rajoy promete "guardar la Constitución". El líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, ofreció ayer su receta: hay que "avanzar hacia un modero federal" en España y para ello, si fuese menester, "habría que cambiar la Constitución" porque "no es inmutable".

Efectivamente, el principio de "café para todos" bajo el que se rubricó la Carta Magna ha dado pie a que en los últimos 35 años las comunidades obtuvieran cada vez más competencias, con la guinda de la sanidad y la educación, traspasadas durante el mandato de Aznar. No obstante, las regiones se han mantenido bajo un régimen económico que hasta ahora les ha permitido gastar sin cortapisas (gracias sobre todo a las transferencias del Estado) pero que al mismo tiempo las exime, en gran parte, de recaudar y mantener dicho gasto.

Esa asimetría ha situado a España a la cabeza de los países más descentralizados de la OCDE, superada solo por Canadá. Por ejemplo, tan solo el 15% de los ingresos de las provincias canadienses procede de lo que les inyecta el Gobierno central, mientras que las regiones españolas perciben el doble, más del 30%.

EFECTOS DE LA CRISIS


El sistema autonómico español ha intentado ir más allá del modelo federal, pero con unos resultados que la crisis económica ha revelado desastrosos. Al igual que cuando baja la marea se ve quién lleva o no bañador, la recesión y la situación extrema de las arcas públicas ha desnudado la inviabilidad de un modelo acosado tanto por las estrecheces económicas como por las reclamaciones nacionalistas.

De hecho, tal como señala el informe del Círculo de Empresarios Cómo reformar las Administraciones Territoriales, la descentralización en la época contemporánea nace a raíz de dos hechos fundamentales: la globalización, que para algunos colectivos representa la amenaza de disolución de una determinada identidad cultural o histórica, y la inestabilidad macroeconómica de los años 80, resultante de las crisis del petróleo. Según el citado estudio, "en este clima se incubaron recelos y desconfianza hacia un sector público sobredimensionado e ineficiente, cuyas principales fallas (...) parecían agrandarse en los Estados de corte centralista".

Es decir, aprovechar el mal general para reclamar lo propio. Artur Mas ha entendido muy bien este planteamiento y ha recogido el acusado descontento social (producido en su mayoría por la nefasta situación de las cuentas de Cataluña y por el desempleo) para proyectarlo contra La Moncloa con el argumento de un supuesto expolio fiscal.


Los Länder alemanes.


Con todo, no es un debate nuevo en la UE. En Alemania, ejemplo de país federal, han brotado polémicas sobre financiación territorial similares a las que ahora están sobre la mesa en España. Sobre todo desde la reforma en 2006 de la Ley Fundamental (Constitución alemana), que abrió el melón sobre el papel de los 16 länder y sus roces competenciales con el Ejecutivo central.

Al igual que en España, allí impera en teoría el principio solidario de que los länder más fuertes ayuden a los débiles y de que Berlín administre los recursos en consecuencia. Los presidentes de los tres estados más prósperos (Baviera, Baden-Wurtemberg y Hesse) han amenazado ya varias veces con recurrir al Tribunal Constitucional dicho sistema de reparto, que juzgan injusto y creador de agravios.

Y eso que, también de forma similar a España, la Administración central, los länder y los municipios se reparten los ingresos de los tres impuestos con mayor poder de recaudación: IRPF, IVA y Sociedades. No obstante, la regulación de dichos tributos y la cuota recaudatoria que corresponde a cada Administración han de someterse a la aprobación del Senado (Bundesrat), lo cual obliga a un consenso entre las regiones, que no pueden hacer la guerra fiscal por su cuenta y deben obedecer a cierta filosofía unificadora.

Los cantones suizos.

Suiza, que ha sido citada varias veces por los independentistas catalanes como espejo del modelo fiscal que anhelan, cede a sus provincias (cantones) la recaudación casi exclusiva de los impuestos directos, como el IVA o los tributos al alcohol y el tabaco. En el caso de los gravámenes sobre la renta, los ingresos se reparten entre el Gobierno confederal, los cantones y los municipios (comunas).

De media, los ingresos cantonales proceden en un 77% de ingresos propios y un 23% de la llamada compensación financiera vertical, equivalente a las transferencias del Estado en España. De modo similar, la compensación financiera depende de la propia capacidad recaudatoria del cantón. En tres de las provincias, las inyecciones de la confederación representan casi la mitad de los ingresos totales, mientras que en las tres que menos reciben suponen entre 10% y 15%.


Por su parte, el caso estadounidense es muy singular, en tanto que la Constitución no explicita una división de competencias según la Administración. No obstante, el artículo IV apunta a la prevalencia del Estado central: "El Congreso tendrá facultad para disponer y formular todos los reglamentos y reglas necesarios con respecto al territorio y otros bienes que pertenezcan a EEUU".

La diferencia con los ejemplos de federalismo en Europa es que el balance de los distintos Estados a las cuentas generales del país es positivo: ingresan más que gastan. La Administración central acapara más gasto y, por lo tanto, sus transferencias para la nivelación son reducidas. Si bien el Tesoro actúa como vertebrador de la política fiscal nacional, cada Estado tiene capacidad de crear y recaudar sus propios tributos.

Comentarios

  1. Esas reflexiones están muy bien pero ocurre con lo que todo. ¿Qué nos podemos pagar?

    La gente se cree que los derechos los tenemos por Orden de la divinidad Es decir los derechos no cuestan nada y si cuestan algo se pagan solos. La realidad es que “solo tenemos los derechos que podamos pagarnos” Esa verdad, que se debería enseñar en las escuelas, se suele pasar por alto.

    Cualquier tipo de estructura cuesta un dinero Si se tiene mucho dinero las opciones son múltiples Si no se tiene mucho dinero las opciones son pocas o ninguna.
    La financiación del estado de la Autonomías a tirado del crédito internacional para los gastos corrientes Lo ha hecho porque la economía Española no ha generado la suficiente riqueza como para financiar las políticas que los políticos ( lanzados al populismo mas irresponsable) han acometido en España.

    Asi que cualquier modelo de Estado tendría que empezar viendo el dinero que hay Luego como repartirlo. Después que Derechos o servicios públicos es obligatorio pagar y Con lo que quede Pensarse que modelo de estado podremos permitirnos y además que carga económica de Políticos y de Funcionarios y de Empresas publicas etc. etc. podemos permitirnos

    A partir de ahí que los políticos se dediquen a administrar lo mejor posible sus parcelas de poder territorial , que se genere empleo empresas y riqueza ( si es que saben que lo dudo) y cuando esa riqueza se produzca que se amplíen, en consecuencia, los derechos de los ciudadanos en función de “lo que podamos pagar”

    Ese programa realista dudo muchísimo que se acepte por los políticos que están saqueando las cuentas del Estado a todos los niveles.

    Y lo dudo porque los ejemplos son mortales. Una muestra son los Políticos Catalanes Su catalanismo impuesto ( ¿Dónde están los Borrel o los Vidal Quadras?) les hace abandonar sus ideologías para uncirse al carro separatista ( no hay mas que ver lo del psoe/ psc) Sus pésimas gestiones ( de los de CiU y del PSC del tripartito) han decidido que no existe y que la culpa es de “Madrid” y en esas estamos escamoteando el debate político sobre la administración de los gobiernos catalanistas y sustituyéndolo por propaganda contra “Madrid”.

    Lo llevamos claro con esta tropa y con estos mandos.

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